Uno se pregunta si República Dominicana vivirá de nuevo la experiencia de ver instalada en su territorio una base militar para operar desde aquí un centro de observación o lanzamiento de misiles dirigibles, algo que ya ocurrió en la década del 50 en Sabana de la Mar, Samaná.
Y nos hacemos la pregunta porque precisamente, en estos momentos la humanidad está ante la incertidumbre de una eventual conflagración, se prevé que surja un nuevo orden económico mundial y, de paso, -si es que estamos vivos- el renacimiento de las terribles luchas y diatribas de la guerra fría, esta vez en el marco de avances tecnológicos sin precedentes.
Tiempos como los actuales se hacen propicios para repetir hechos históricos de esta naturaleza. Y eso es preocupante.
La situación de conflicto global acullá de los mares parece algo lejano para algunos. Pero no es así. Un estremecimiento del orden y la gobernanza mundiales, nos tocaría e impactaría de muchas maneras (en la economía, producción industrial, empresarial, transporte aéreo, turismo y telecomunicaciones, entre otros renglones).
Creemos, -siendo algo iluso- que lo que algunos todavía pretenden, es que si estalla una tercera guerra mundial no nos afectaría, lo que no es cierto. Si no, echemos un vistazo a la situación de hambruna, daños y calamidades que nos causó la II Guerra Mundial, tanto en el aspecto económico, en la producción y el orden político y social, pese a que no estuvimos en los frentes de batalla.
Ocurrida a miles de kilómetros de aquí, esa guerra produjo un atraso económico, político y social en el país, no hay dudas. Aunque no estuvimos en guerra contra ninguna otra nación, luego de esta superada y que Alemania fue derrotada, el territorio de la República Dominicana fue utilizado por Estados Unidos para instalar una avanzada base experimental de lanzamiento de misiles dirigibles y de experimentación espacial.
Había arrancado la Guerra Fría entre los bloques socialistas y comunistas (la Cortina de Hierro) por un lado, y los países capitalistas (Estados Unidos, Europa, etc.).
Lo que se vivía en el mundo con el fin de la guerra, en la que Estados Unidos emergió como la primera potencia económica y militar a nivel mundial, era que nuestro país -y eso muy pocos ciudadanos lo conoce- fue parte de las investigaciones realizadas por Norteamérica para sus primeras exploraciones del hombre en el espacio.
Los historiadores no nos informan de esos incipientes experimentos realizados para estas indagaciones espaciales, los cuales fueron parte de los trabajos del Centro de Pruebas de Proyectiles Dirigidos que usaría Norteamérica en caso de que resurja la guerra en Europa y otras partes del mundo.
El experto en telecomunicaciones ya fallecido, ingeniero Vinicio Lembert Peguero, contó estas peripecias en su libro “Trujillo y la base militar de Estados Unidos para proyectiles dirigibles de Sabana de la Mar 1951-1961 y las telecomunicaciones en la República Dominicana”.
Aunque se trata de una extensa obra que narra aspectos trascendentes de esta parte de la historia dominicana, el autor-pese a sus amplios conocimientos del tema-no profundiza en las razones que tuvo los Estados Unidos para seleccionar nuestro territorio –Sabana de la Mar-para instalar su base y poner en marcha tan importante experimento de la alta tecnología militar y espacial de la época.
Refiere que se trató del programa de misiles de largo alcance en el que por primera vez se unieron el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, lo que implicó poner un Centro principal en Cañaveral, Florida, y otros centros en distintos países, en razón de que estos misiles tenían que ser rastreados por el trayecto de experimentación para su seguimiento a través de varias bases militares.
Lembert Peguero fue parte de este proyecto y lo conoció muy bien, trabajó en el mismo desde sus inicios; allí adquirió profundos conocimientos de meteorología y sobre las adelantadas tecnologías de telecomunicaciones que luego usó en su dilatado ejercicio profesional.
La inauguración
“El embajador norteamericano, William T. Pheiffer, y el comandante D.N. Yates elogiaron la política de cooperación interamericana del gobierno dominicano, bajo la rectoría del establecido Padre de la Patria Nueva, Generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, en el brillante acto de inauguración en Sabana de la Mar de la base de proyectiles dirigidos, efectuado ayer en la mañana con asistencia del ilustre líder dominicano y del señor presidente de la República, general Héctor B. Trujillo Molina”, narra una crónica de la época que Lembert recoge en su libro.
“La llegada del Generalísimo a Sabana de la Mar constituyó una verdadera explosión de júbilo popular”, apunta el relato, y añade: “La Villa, ordinariamente apacible, se transformó, con la presencia del líder indiscutido, en un centro de alegría que vitoreó y aplaudió incesantemente al ilustre Benefactor”. ¿El colmo del adocenamiento de una población?
Explica que Trujillo y el entonces presidente de la República, su hermano Héctor B. Trujillo Molina, llegaron a la población minutos antes de las 9 de la mañana y luego de hacer un recorrido por el muelle y algunas calles, visitaron el Destacamento de la Marina de Guerra y finalmente se dirigieron a la base de proyectiles dirigidos para asistir al acto de inauguración.
Luego que un batallón del Ejército le rindió honores mientras disparaban salvas y la banda de música del batallón tocaron los himnos de las dos naciones, los preclaros estadistas se dirigieron al edificio de control de operaciones de la nueva base militar extranjera.
El general Yates
Lembert resaltó que el acto de inauguración incluyó discursos de los señores William T. Pheiffer, embajador de los Estados Unidos, y el mayor general D.N. Yates.
Tras los saludos protocolares al generalísimo Trujillo Molina, a su hermano el presidente Héctor B. Trujillo Molina, y demás personalidades presentes, el general Yates manifestó que: “Es con gran placer y orgullo del deber cumplido que oficialmente inauguro esta estación de proyectiles dirigidos. Siento que esta instalación es una prueba material de los fines que pueden ser alcanzados por medio de esfuerzos armoniosos y empeños mutuos”.
Además, el alto mando militar proclamó: “Aunque el Centro de Pruebas de Proyectiles Dirigidos y sus varias estaciones afiliadas desempeñan un papel principal en el desarrollo de las armas de guerra, nuestros pueblos pueden descansar confiados en que el efecto final de nuestro esfuerzo será una contribución de igual magnitud hacia el logro de una paz mundial duradera”.
Investigación espacial
Yates manifestó en su alocución que con dicha obra los dos países se aproximaban “a una nueva época de la ciencia moderna”. “Hoy en día el hombre se encuentra en la encrucijada de su próxima y más grande aventura, la explotación del espacio del más allá”.
Expresó su satisfacción de saber que la Base Aérea de Proyectiles Dirigidos de Sabana de la Mar y la República Dominicana “forman parte de esta ascendente curva de progreso tecnológico, ya que es un hecho confirmado de que el primer satélite terrestre será lanzado por este campo de la ciencia”.
Previo a la instalación de esta base en Sabana de la Mar, Estados Unidos había atravesado por un fracaso o experiencia negativa en el lanzamiento de cohetes de Cañaveral, la cual fue considerada en aquel momento una información clasificada, es decir, “no se dieron detalles de este fracaso de Cañaveral en sus primeros intentos de colocar en órbita en el espacio este misil de largo alcance (V-2)”.
“Para concretar la instalación de la base militar norteamericana en Sabana de la Mar en 1951, los Estados Unidos firman con el presidente Trujillo un acuerdo de trabajo para la instalación de esta base militar en la Bahía de Samaná específicamente en Sabana de la Mar, esta base está pautada originalmente para hacer lanzamientos de cohetes y también darle seguimiento a los misiles dirigidos, sin embargo, después de la firma del contrato que se realizó vía la Cancillería de la República Dominicana, vinieron grandes personalidades de los Estados Unidos para dar por hecho la firma de dicho contrato”, refiere el libro de Lembert.
Entre estas personalidades estaba el mayor general William Richardson, el mismo general que el Presidente Truman a finales de 1945 posterior a la Segunda Guerra Mundial escogió para ser el jefe de la misión aeroespacial de los Estados Unidos.
¿Humillan a Trujillo?
Lembert narró que durante la firma que se produjo en diciembre de 1951 el general Richardson impuso la Legión del Mérito a una serie de oficiales superiores del Gobierno dominicano, entre los que no estuvo el Generalísimo Trujillo.
“Las cosas no son casuales y posiblemente las causas de este distinción que hizo el mayor general Richardson obedecían quizás a quebrantar la vanidad militar de Trujillo en aquel momento de forma tal que hiciera factible la firma del contrato para la instalación de la base militar en Sabana de la Mar”, precisó el experto en su obra.
La Legión del Mérito fue impuesta al general Héctor Bienvenido Trujillo, Secretario de Estado de Guerra, Marina y Aviación; al teniente general Fausto E. Caamaño, subsecretario de Guerra (y padre del fenecido coronel de abril Francisco Alberto Caamaño Deñó); al comodoro César D´Windt Lavandier, subsecretario de Estado de Marina y Aviación; y al general de Brigada Félix Hermida, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana.
Destaca Lembert que las entregas de esta Legión del Mérito fueron precedidas a la firma del contrato para la instalación de la base militar vía la Cancillería que en aquel momento era representada por el Lic. Virgilio Díaz Ordoñez.
Da la impresión de que para esos años ya había comenzado a mermar el apoyo de la potencia del Norte al sátrapa dominicano.
Lo que se conoce de la estación militar norteamericana en Sabana de la Mar, Samaná, según nos relata Lembert, es que esta cumplió su misión, su razón de ser y el gobierno de Estados Unidos decidió retirarla, no sin antes dejar un ambiente político un tanto enrarecido, ya que se ha especulado que las armas utilizadas para asesinar a Trujillo fueron entradas al país, mediante los envíos semanales de alimentos que hacía a sus tropas que operaron en el referido lugar.
“Los terrenos y las plantas de la estación de observación de proyectiles dirigidos que mantenía el gobierno de Estados Unidos de América en Sabana de la Mar, fueron traspasados al gobierno dominicano ayer en una ceremonia efectuada en aquel lugar”, refiere una crónica periodística que Lembert recoge en su libro.
“La ceremonia de transferencia de la estación, que será convertida en un centro para tecnificar a dominicanos en carpintería, electricidad, mecánica y refrigeración, incluyó el reemplazo de la bandera de los Estados Unidos por la dominicana”, agregó el reporte.
Narra que “un oficial leyó en inglés la orden impartida que simultáneamente era traducida al español por otro oficial; con ella se releva al capitán Gordon H. Raynor de su mandamiento, establecido de conformidad al convenio entre los gobiernos de los Estados Unidos y el de la República Dominicana de fecha 26 de noviembre de 1951”.
En tanto, el embajador de Estados Unidos, John Bartlow Martin, refirió en su discurso: “Hoy a 700 millas en otra isla del Caribe, base de otra diferente naturaleza, también se está desmantelando bajo muy diferentes circunstancias. Esas bases pusieron en peligro la paz del hemisferio”.
“Esta base de aquí en Sabana de la Mar –sin embargo-ha ayudado a desarrollar la defensa del hemisferio. Ahora esta base se está convirtiendo a los usos de paz, a la educación”, expresó el diplomático en presencia del segundo vicepresidente del Consejo de Estado doctor Donald Reid Cabral, quien recibió las instalaciones a nombre del gobierno dominicano.
Al final muchos de los equipos, especialmente los de telecomunicaciones y de meteorología, fueron entregados al Ejército dominicano y a la Dirección de Meteorología.
En las instalaciones que en principio se dijo que se usaría para crear una escuela técnica, terminó convirtiéndose en el Hospital Santa Elupina Cordero, en honor a esta religiosa católica no vidente guía espiritual de Sabana de la Mar que se afirma tenía dones curativos. La conversión en un centro de salud lo que era la base militar “gringa” se hizo atendiendo peticiones de personalidades de la comunidad.
¿Se vulnera la soberanía nacional con la instalación de la referida base? ¿Satisfizo a las autoridades de entonces ceder a una nación extranjera esta parte de nuestro territorio? ¿Trujillo hizo esta concesión bajo algún tipo de presión a su gobierno?
*El autor es periodista