Meses antes del inicio de la actual temporada de béisbol profesional, llamé la atención a la Liga y a los propietarios de equipos a realizar una campaña publicitaria bien estructurada, con el objetivo de atraer a los fanáticos que años tras años se han estado alejando de los estadios por diversas razones, siendo el económico el punto nodal.
Aparte de los elevados costos que representa ir a presenciar un partido, el espectáculo carece cada año de jugadores estelares.
Antes, la participación de los jugadores estrellas que se destacaban en Grandes Ligas, era un tremendo incentivo para los amantes de ese espectáculo.
Hasta hace poco, la Liga y los equipos no habían asimilado los cambios drásticos que se venían produciendo en la sociedad, lo que por lógica influyó también en el seguimiento al torneo de béisbol.
La tremenda expectativa que causó la publicidad por todos los medios de “Hoy va a hablar el hombre”, al final resultó una campaña de la cervecería.
El individuo que apareció en las pantallas de televisión, al que bautizaron como “El fanático de Corazón” , es una muestra de la urgencia que tiene el béisbol de salir a la mayor brevedad de la “soledad” que se produce en los estadios.
Y esa campaña no surgió por casualidad, fue una estrategia de esa empresa conjuntamente con la Liga de Béisbol, conscientes ambas, de la necesidad de que mejore la asistencia y el seguimiento a través de las transmisiones de radio y televisión, cuyos “ratings” al parecer no son mínimamente lo esperado.
Vamos a esperar para ver los resultados que se pueden derivar de esto, pero si no se producen cambios de verdad, la cosa seguirá “igualita”.