Un simple buenos días

Un simple buenos días

Un simple buenos días

Ana Blanco

Creo en el poder de unos buenos días. Si vienen acompañados de una sonrisa entonces son imbatibles. Ya no es solo por educación, es que decir buenos días cuando llegas a un sitio es la mejor forma de empatía que conozco y de ser capaces hasta de cambiar el estado de ánimo.

Hay personas que no contestan, otras que se sorprenden pero responden, las hay que cambian su cara y te devuelven la sonrisa, otras que conectan contigo porque ya están en ese ánimo positivo.

Cuando te encuentras con alguien, conocido o no, no sabes su historia, sus sentimientos, lo que pasa por su cabeza que muchas veces puede ser algo maravilloso y otras algo negativo.

Pero como seres humanos debemos mantener una conexión natural, positiva, que nos una en un mismo sentir que haga que nuestros días tengan verdaderos momentos de bienestar. Y aunque muchos crean que exagero, eso lo da un simple buenos días.

Estás deseando algo bueno para esa persona, le estás transmitiendo que te importa y que lo tomas en cuenta, que para ti es visible y real y no solo alguien a quien ni miras.

Y al mismo tiempo tú sientes ese bienestar de compartir algo bueno con otro ser humano. Si fuéramos capaces de repetir esta acción a lo largo del día de diferentes formas estoy segura que todo se vería de un color lleno de esperanza.

A veces cuando estoy sentada en algún lugar me dedico a observar a la gente, veo mucha tristeza, enojo y hasta agresividad y me pregunto: ¿qué nos está pasando? Y me doy cuenta que no estamos fomentando lo más básico de nuestras interrelaciones, que no valoramos lo más sencillo porque estamos enfocados en otras cosas. Y ese simple buenos días es poderoso.