Llegar a un siglo establecido en cualquier actividad, constituye todo un acontecimiento para una organización en cualquier parte del mundo, pero mucho más, en sociedades como las nuestras, donde la mayoría de los proyectos por vigorosos que nazcan, se disipan o desaparecen a los pocos años por diversas razones.
Cumplir 100 años como institución respetada en toda la sociedad, como es el caso del equipo de béisbol Leones del Escogido, merece el reconocimiento de todos, sean seguidores o no de esa franquicia, que nació en el entonces pujante sector capitalino de San Carlos, por la visión de deportistas, intelectuales y visionarios de la época.
En ese tiempo, pensar en conformar una empresa de ese tipo, escogiendo a los mejores jugadores que pudieran enfrentar a la ya establecida franquicia del Licey, conjunto que parecía invencible, es histórico y loable, por los muy buenos resultados cosechados hasta ahora.
Carlos Manuel Bonetti Burgos, Federico Nina, Luis y Enrique Alfau, Gilberto Pellerano, Federico Nina, Andrés Aquino y José Sanz, entre otros, fueron los artífices de dar cuerpo y alma a este exitoso proyecto.
Decenas de sus peloteros han dejado huellas imborrables, entre ellos, Juan Marichal, los hermanos Felipe, Mateo y Jesús Rojas Alou, Sammy Sosa, David Ortiz, Rufino Linares y Ricardo Joseph, entre muchos otros grandes, que han hecho del Escogido una franquicia respetable y admirada por un gran por ciento de dominicanos, que desde entonces le han dado fiel seguimiento.
Nuestro reconocimiento a José Miguel Bonetti Du-Breil, Eduardo Najri, Fernando Armenteros, Felipe Augusto Vicini y Luis Manuel Bonetti, entre otros, que han sabido conducirlo por el camino del éxito.