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Un pueblo que tanto se arrodilla y brinca, es extremadamente peligroso

Un pueblo que tanto se arrodilla y  brinca, es extremadamente peligroso
Rafael Ramírez Ferreira

Porque… “La sabiduría viene de escuchar;

de hablar, el arrepentimiento”

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La principal sabiduría no es el profundo

conocimiento de las cosas remotas desusadas,

oscuras y sutiles, sino el de aquellas que en

la vida cotidiana, están ante nuestros ojos.

John Milton.-

Qué pena que la vida sea un compuesto de ingratitudes, en donde impera la falta de lógica y, qué pena pensar que aquel que creó este mundo imperfecto y lleno de errores -con el respeto del pensar de los fanáticos-, lo haya hecho en donde las maldades, iniquidades, indelicadezas, engaños, maledicencias y vulgaridades, estén por encima de las virtudes morales. Y, sobre todo, en medio de tanto estercolero, pensar que la muerte se lleva a las personas valiosas, y a los perversos ni gripe les da. Como ejemplo podríamos citar, la vida llevada por Miguel Cocco y otros tantos valerosos patriotas y funcionarios, frente a lo que hoy vivimos,frente al desmadre y descaro en el cual cohabitan conjuntamente con las ratas, la mayoría de los enganchados a la política y los malos funcionarios.

Qué desgracia mayor, a la cual nos han conducido nuestros políticos. No existe actividad en donde ellos no agrien el momento o le introduzcan una pasta de jabón al sancocho. Todo lo circunscriben a la  política populista y bullangera, donde para obtener un voto, su visión y proposición no va más allá que embriagar a las mentes débiles con un “pote e romo” o una canastilla, que con cada acción “salvadora” de este tipo, que saca al infeliz de la “pobreza”, como estas a las cuales “solidariamente” nos tienen acostumbrados, por igual y como si fuese magia o levadura para aumentar la maza, en forma paralela, pero a mayor velocidad, se acrecienta su arrogancia, prepotencia e indiferencia hacia el fin primordial que debería ser el bienestar general.

Con relación a eso, podríamos referirnos a la propuesta indecente y arrogante de que usted, como simple ciudadano y contribuyente, no puede querellarse contra un funcionario corrupto, este o no blindado y que además, tengan el tupé de advertirle al pueblo, que esa “modificación” por demás, ya era innegociable.

Y, lo malo, no es esa expresión per se, sino, quien le dio el valor para pronunciarla. Quien o quienes no quieren que se conozca la cantidad de “melao” que se mueve o movía, en cada construcción de lo que sea, llámese letrina, cárcel, hospital, carreteras efímeras, escuelas que por igual antes del año, parecen haber padecido los embates de años de abandono y olvido, algo así como los famosos “Cien años de soledad”. Y eso, sin meternos en los famosos préstamos, donde ese “melao”, a quienes menos endulza el paladar, es al desarrollo institucional.

Son tantas las veces que hemos escuchado, y repetido lo dicho por Cicerón, aquel orador y político romano, lo que nos hemos aprendido tanto como el santo rosario que rezábamos desde niños y que hoy, de manera inconsciente y por costumbre, clamamos al viento sin esperanza alguna de redimirnos: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.

Lo peor, es que los mayores corruptores, son los llamados a clarear la verdad. Corrompen el poder como se contagia la corriente de agua, que para para potabilizar esta última, el proceso es lento y sobre todo, muy caro. Pero, igual sucede con el poder y la política, con la gran diferencia de que para  sanear el agua, solo se agregan insumos, productos químicos, pero, para corregir los males de la política, su contaminación, el costo es inconmensurable y sin retorno, porque el ingrediente principal es ¡sangre!, hay que verter mucha sangre, mayormente, ¡sangre inocente!

Ideal fuese, si muchos de estos “dignos representantes” y, por demás “honorables”, se detuviesen a escuchar a las grandes mayorías y sus gritos de agonía, aunque al parecer ya están acostumbrados a esto y ni se inmutan. Pero, al  menos, deberían escuchar a las autoridades mundiales de aquí y de allá, como al Papa Francisco, cuando expresó “tengan cuidado ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que se parecen a sepulcros blanqueados: por fuera se ven lindos, pero por dentro están llenos de osamentas y otras podredumbres”. Sí señores enganchados a políticos, límpiense los oídos y escuchen, tengan mucho cuidado, porque ya este pueblo pendejo, al  parecer, ha comenzado a oler la podredumbre que rodea su vergonzoso, indelicado y prepotente accionar y eso, en un pueblo como este, que tanto se arrodilla como brinca de improviso, eso, “distinguidos” señores, es simplemente peligroso, muy peligroso, podemos decir,casi… ¡mortal! ¡Sí señor!

E-mail:rafaelpiloto1@hotmail.com

Twitter:@rafaelpiloto01

 

 

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