…Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
LOS NADIES, Eduardo Galeano.
Una vez más volvió a suceder. Una vez más la sinrazón se llevó por el medio la vida de otra persona de forma violenta. Otra vez el dolor nacional, la maldita indignación colectiva.
Cuando leí la noticia presagié lo que sucedería esos días: ya verás, dije, vendrán las reacciones virales en la radio, televisión y YouTube. Harán programas kilométricos analizando la violencia.
Exigiremos. Haremos preguntas y acusaciones. Especularemos. Y al hacerse viral el drama, el presidente reaccionará con promesas, jurará golpeando sobre la mesa que nadie detendrá las reformas y terminará con un cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste. La primera dama admitirá vía Twitter que estamos mal, que hay apagones, que hay violencia, que hay feminicidios, que hay tapones, que no estamos seguros… (la quiero de presidente). Aplaudiremos y ellos saldrán en todos los medios con un sentido y lindo discurso en su visita al funeral.
Todo será indignación justificada. Y con razón. También predije que vendrían un grupo de peledeistas, comunitoides y/o resentidos sociales a exigirles a nuestros esposos mandatarios que también asistan a los funerales de los otros asesinatos, a los de los nadies.
Lo peor es que al otro día volvió a suceder. Otra vez la sinrazón se llevó otra vida de forma violenta. Sí, otra mujer, otra embarazada (maldita moda esta de matar mujeres). Pero está vez la muerta fue del bando de los que siempre caen, de los lugares más inseguros, los que no tienen Mercedes Benz, los que tienen que coger transportes públicos en la inseguridad de las calles. Murió una anónima, una de las normales de barrio, de los nadies. Y no nos quedaba indignación para reaccionar. Al parecer esa noticia no llegó al celular de los esposos mandatarios porque no vi Twitter de la primera dama lamentando esa muerte, no vi visita a funeral, no hubo reforma caiga quien caiga.
Leí reclamos de los resentidos de las redes: ¿Por qué una muerta sí y la otra no? ¿Tenemos bandos de muertos favoritos?
Es peligroso eso de pedirle al presidente que también visite los velorios de los nadies cuando son asesinados fruto de la violencia. Me preocupó. Pensé que, como al presidente y a su primera dama le gustaba complacer a las redes vía redes… ¡Dios, no! No les demos ideas. Es hasta peligroso pensarlo. ¿Se imaginan al presidente y a su mujer todo el día de velorio en velorio? Más que un presidente tendríamos a un Chochueca.
El periodista Pedro Martín Sánchez nos cuenta en su artículo “La de Leslie Rosado y otras 23 muertes violentas que involucran a policías y militares en 2021” publicado en el Diario Libre del 4 de octubre del 2021, que: “en los siete meses transcurridos entre la muerte de la pareja cristiana y la arquitecta, han pasado 15 muertes a manos de agentes de la Policía, el Ejército y la DNCD. Y en lo que va del 2021 suman 24 las víctimas, según reportes de prensa y de las propias autoridades”. La mayoría de esas muertes no se viralizaron, muertes que se quedaron en el polvo del barrio. Muertes que los hijos, las madres, los vecinos lloraron entre paredes de tablas, techos de zinc, callejones y esquinas sin ser tendencias y que no dieron para visitas presidenciales.
Porque hay un país en el mismo trayecto de la nada que, a los nadies los atracan, los matan y se matan a diario y no pasa nada. Son muchos esos muertos. Muertos sin colores, sin portadas, sin luces ni yipeta. Tantos que no da tiempo a hacerse virales. El día que escribo esto, otra vez vuelve a pasar: matan en una balacera entre vendedores de droga, esta vez, otra maldita vez, a una niña que estudiaba en el frente de su casa en Moca…
Te asquea con tristeza e impotencia.
Son tantos que a los comentaristas no les daría tiempo a comentar otras noticias. Y no exagero. Solo hasta marzo en el país habían perdido la vida nada más y nada menos que 29 mujeres. ¿Se imaginan al presidente en dos velorios por semana? ¿Se imaginan que cada vez que un hijo de mierda asesino mate a una mujer porque no quiso estar con él, Abinader y su esposa vayan al entierro?
El Observatorio de Seguridad Ciudadana dio a conocer el boletín informativo sobre la situación de seguridad en el país para el período enero-marzo de 2021 (aun esperamos el del segundo y tercer trimestre, pero hagamos el juego con este). Entre enero y marzo del mismo año 287 homicidios.
Si la primera dama y el presidente tuvieran que darle apoyo equitativo a los que mueren por el uso de armas de fuego, tendrían que ir, siempre usando las estadísticas del observatorio, a 163 entierros. Calculemos y dejemos de dar ideas, no vaya a ser cosa que se inventen hasta un Ministerio de asuntos funerales.
Si nuestros mandatarios tuvieran que ir a prometer reformas, caiga quien caiga, e ir a consolar a los familiares de los caídos por acciones delictivas, como atracos y esas vainas, tendrían que ir a 82 entierros.
Calcule usted a cuántos velorios debió ir el presidente en esos tres meses. Muchos, ¿verdad?
Estoy en el bando de los nadies. Y desde mi púlpito de los nadies quiero pedirles a ustedes que me leen, que dejemos al presidente tranquilo. No le demos ideas. Porque más que un presidente Chochueca yo quiero un presidente que deje las promesas y el echar la culpa al pasado; que, en vez de visitar y consolar a los familiares de los ricos muertos, se dedique a gobernar para que no nos sigan matando, ni a los nadies ni a los de ellos.