Santo Domingo.-El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) transita por una pendiente enjabonada, corriendo a alta velocidad hacia un camino que lo podría llevar a su octavo cisma, lo cual al parecer solo podría ser evitado si apareciera una madre que prefiera desprenderse del niño antes que permitir sea cortado en dos, como planteó el sabio rey Salomón para poner fin a una disputa entre dos mujeres que se disputaban la maternidad de la criatura.
La primera clarinada de que en verdad sectores relevantes del PRD contemplaban la posibilidad de formar tienda aparte ante la imposibilidad de una salida satisfactoria de las disputas internas, la dio Hugo Tolentino Dipp el 1 de agosto, en la reunión que realizaron las facciones de Hipólito Mejía y Luis Abinader en el club Los Prados, horas después de que en el coliseo de Boxeo “Teo Cruz” se realizara una reunión del Comité Ejecutivo Nacional convocado por Miguel Vargas Maldonado.
En ese momento los pronunciamientos de Tolentino Dipp no fueron tomados muy en cuenta, incluso, hubo quienes se lo atribuyeron a un desfase estratégico del veterano político, actual diputado y excanciller del gobierno de Hipólito Mejía.
Señales de división
Sin embargo, la imposibilidad de llegar a acuerdos entre las facciones de Mejía y Abinader con la de Vargas Maldonado, quien controla la dirección partidaria, ha empezado a darle fuerza a esa idea inicial y ya otros dirigentes empiezan a plantearse seriamente la posibilidad de aglutinarse en otras siglas, algunas de las cuales ya se han ofrecido.
La presidenta de la Federación Dominicana de Mujeres Socialdemócratas (Fedomusde), Janet Camilo, planteó que a partir de enero o febrero dejará de “militar en el PRD que controla Miguel Vargas Maldonado”, lo que implica su determinación a nuclearse en otra organización ante la imposibilidad de desplazar a Vargas Maldonado de la presidencia del partido del jacho prendido.
Reunión subrepticia
El actual presidente de la organización sorprendió al país con una subrepticia reunión de la Comisión Política del PRD, que escogió una comisión organizadora de la Convención conformada en su totalidad por adeptos suyos y presidida por el aguerrido Julio Maríñez, quien en todo momento ha tenido una postura frontal contra la facción que adversa a Vargas Maldonado.
Sin embargo, cabe destacar que fueron dejadas vacantes seis plazas en la Comisión, que pudieran ser ocupadas por las facciones de Mejía y Abinader en caso de una concertación.
Pero también el calendario de la Convención implica que la elección del presidente del Partido se realizará en julio y quien resulte ganador asume la posición en agosto de 2014, casi en la antesala del proceso de convención extraordinario para escoger candidatos para las elecciones presidenciales, congresionales y municipales de 2016.
Otra clarinada sobre la posible división del PRD la dio el presidente de la Juventud Revolucionaria Dominicana (JRD), Jean Luis Rodríguez, quien manteniéndose al lado de la facción de Hipólito Mejía ha logrado no tener posturas radicales contra la facción de Miguel Vargas Maldonado.
Sin embargo, su visión es pesimista, cuando plantea que “cada vez hay más dirigentes del PRD contemplando la posibilidad de accionar desde otro partido, abandonar el PRD, y es justamente en evitar eso sobre la base de una convención democrática que estamos poniendo nuestros mayores esfuerzos”.
Hasta el momento la facción de Luis Abinader ha tenido la voz cantante con la estrategia de echar el pleito dentro del partido y en el escenario que escoja Vargas Maldonado.
Fueron los promotores de participar en la convención de febrero próximo haciendo propia una consigna de Guido Gómez Mazara que consiste en “ponerse de acuerdo en cómo enfrentarse”.
Consiste en pactar las reglas del juego, aunque fueran ventajosas en términos orgánicos para el actual presidente del PRD, para asistir a la convención.
Esa postura ha empezado a debilitarse luego del anuncio del calendario del proceso convencionario, que extendería hasta julio la elección de las autoridades nacionales de esa organización.
¿Cisma inminente?
Tony Peña Guaba, uno de los más influyentes colaboradores políticos de Luis Abinader, planteó durante el fin de semana que se avisora una nueva división del PRD y que solo un milagro evitaría el octavo cisma de ese partido.
Manifestó que contrario a divisiones anteriores, en esta oportunidad podría estar abandonando esa organización una parte importante de la dirigencia y militancia perredeístas.
“Solo un milagro salva al PRD de su octava división, y yo que soy el único de la estirpe de José Francisco Peña Gómez que queda en esa organización, también estoy listo para irme, ya que ese no es el partido que lideró mi padre”, dijo Peña Guaba al periodista Héctor Herrera Cabral durante una entrevista que éste le hiciera.
Las posibilidades de un arreglo se han visto torpedeadas una y otra vez. Los obstáculos han llegado en momentos distintos por parte de los litorales de Mejía y de Vargas Maldonado.
La facción del presidente del PRD ha filtrado la información de que personalidades de la sociedad civil han visitado a importantes dirigentes de partidos políticos para conformar una coalición opositora que lleve como candidato presidencial a Hipólito Mejía.
Incluso han filtrado detalles sobre supuestas reuniones con Hatuey Decamps, del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), y con personas influyentes en el Frente Amplio.
Consecuencias electorales adversas
El convencimiento de que Hipólito Mejía pudiera presentarse como candidato de otras organizaciones políticas al margen del PRD ha sido el motorizador de los preparativos de la convención de manera unilateral por parte de la gente de Vargas Maldonado, ya que así podría lograr la salida definitiva del exmandatario y quedarse con el control absoluto de la franquicia del PRD.
En 2016 no solo se disputará la Presidencia y la Vicepresidencia de la República, que se decide por mayoría absoluta y lo cual deja un margen a la recomposición en caso de que no haya decisión en la primera vuelta, como ha ocurrido los últimos cuatro comicios de ese tipo.
También se escogerán senadores, diputados, alcaldes y regidores, que se decide con mayoría simple, lo que podría provocar que al dividirse el voto perredeísta puedan imponerse los candidatos de sus adversarios, como ha estado ocurriendo en las elecciones de los gremios.