Que la patria es ara y no pedestal, frase de José Martí, fue uno de los contenidos fundamentales del discurso de rendición de cuentas del Presidente Danilo Medina el pasado 27 de febrero.
En lugar de ser una instancia para recibir honores, el concepto de patria nos refiere a los esfuerzos y sacrificios compartidos para mantener la libertad y lograr el bienestar de todos los que componemos la nación dominicana.
La patria es ara en la que hacemos un ritual, el altar de la ofrenda común que nos representa y nos unifica en propósitos compartidos. La patria es la gente que forma este pueblo que somos y es el trabajo por darnos sentido de pertenencia, seguridad, protección y acogida. No es la patria un sentimiento de exclusión y negación del otro, del extranjero, del desvalido que venga a nuestro suelo con esperanzas y disposición de integrarse al esfuerzo común.
Desde esta visión, la patria es ciudadanía y es democracia. Porque la democracia no es más que la forma de ordenarnos y hacer juntos el trabajo necesario para convivir con armonía.
La patria no es encono sino hermandad, pertenencia común que se sustenta en la colaboración y el interés de unos por otros.
Esta noción de patria solo es posible en democracia, lo que supone como imprescindible el estado de derecho y las garantías que protegen los derechos individuales y colectivos.
Esta es la concepción de patria que refleja el discurso del Presidente Medina: un quehacer compartido, torrente de esfuerzos individuales y colectivos que va haciendo un cauce, una trayectoria que nos permite compartir el pasado, pero sobre todo el futuro en el que nos comprometemos con las mejores de las intenciones y los valores: desde el respeto, la libertad, la tolerancia, la solidaridad y la confianza.