Aquella fiesta en el palacio de gobierno terminó por contagiar al anfitrión. A los cinco días recibía su PCR negativa, confirmando que estaba sano y salvo.
La rápida recuperación del presidente Trump contrasta con lo sufrido por todos aquellos que también nos contagiamos de Covid-19.
Le aplicaron anticuerpos monoclonales fabricados por Regeneron, neutralizando la capacidad del virus para contagiar más células sanas, según reporta la revista Science. La efectividad del tratamiento es mayor dentro de los primeros 5 días del contagio.
A diferencia de otros países, RD se ocupó de aprender de la experiencia y aprovecharla para asegurar mejores tratamientos, sin desmedro de un programa de vacunación altamente efectivo.
En ese tenor, el Ministro de Salud, Dr. Daniel Rivera, anunció el 29.9.2021 la millonaria inversión inicial realizada en este tratamiento que redujo la letalidad del virus a su mínima expresión, por ser “dos tipos de potentes anticuerpos neutralizantes del virus, facilitado por Roche, que actúa como medicamento rehabilizante y evita que el paciente llegue a la gravedad, gracias a la pronta decisión del presidente de la República para adquirirlo, siendo el primer país de la región en obtener este fármaco“ (https://www.msp.gob.do/web/?p=13436).
El tratamiento se puso a la disposición del público en hospitales como el Moscoso Puello, el Robert Reid Cabral y el José María Cabral y Báez. Esto así, porque los anticuerpos son inyectables que requieren aplicarse en entornos controlados.
Gobiernos como el de los EE. UU. también negociaron sus compras del tratamiento. Algunos incluso propusieron medidas como las recomendadas por el presidente Joe Biden, de conferir licencias obligatorias para abaratar el costo de tratamientos con efectos similares pero disponibles en tabletas ingeribles de más fácil difusión entre la población.
República Dominicana tampoco fue una excepción a este mecanismo permitido por la OMC y recogido en nuestra legislación de propiedad industrial.
El escrito al respecto fue sometido el 3.12.2021 por el jurista de Knowledge Ecology International, Dr. Luis Gil Abinader (https://www.keionline.org/wp-content/uploads/Request-Compulsory-License-Dominican-Republic-ES-3Dec2021.pdf), solicitando una licencia obligatoria para fabricar localmente las tabletas de Paxlovid, otro anticuerpo monoclonal desarrollado y patentado por la Pfizer.
Son muchas las lecciones que nos deja la emergencia sanitaria vivida durante 2020-2022.
Fue clave poder contener el contagio minimizando el impacto económico de las restricciones. En vez de paralizar la sociedad, combinaron el rastreo de contactos con el uso generalizado de mascarillas y las pruebas masivas administradas gratuitamente.
Medidas monetarias alentaron la inversión y la política fiscal protegió los ingresos de las personas desplazadas.
Esto permitió a los sectores productivos seguir fabricando, a los agricultores seguir cosechando y a las personas seguir disfrutando de un mínimo de seguridad económica.
Al mismo tiempo, el sistema sanitario se adaptó para asegurar tratamientos efectivos como los utilizados en la RD, tratando de minimizar su costo mediante licencias obligatorias o, en su defecto, negociando precios de suministro en condiciones ventajosas.
Este par de armas no tan secretas deben formar parte del arsenal de todos los países frente a las variantes que surjan del Covid-19 o, peor aún, a las futuras pandemias que seguro seguirán.