Un pacto en el PLD

Un pacto en el PLD

Un pacto en el PLD

Franklin Puello

Tiene buena intención la firma de un pacto como proponen el precandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana Gonzalo Castillo y el embajador dominicano en Washington, José Tomás Pérez, entre los dirigentes de esa organización que buscan la nominación previo a las primarias del próximo seis de octubre.

Sin embargo, existe la percepción de que el actual escenario es adverso a una conciliación entre los grupos del expresidente Leonel Fernández y del presidente Danilo Medina.

Lamentablemente las heridas en el PLD están muy abiertas, y necesariamente un correcto desenlace a la crisis interna debe venir de los resultados de las primarias internas, que serán las que definirán el posicionamiento del liderazgo y la suerte de la organización de cara a su unidad o su total división.

Quizás como advertencia a un final negativo es que Castillo y el embajador Pérez salen con la propuesta del pacto entre los precandidatos, pero olvidan un elemento que dificulta ese camino: la desconfianza.

La violación del acuerdo de 2015 para la alternabilidad en la presidencia de la Cámara de Diputados (para el periodo 2019-2020 correspondía a Demóstenes Martínez y no la reelección de Radhamés Camacho) representa un escollo que aleja un diálogo franco entre los sectores en pugna por la nominación presidencial.

Además, Pérez y Castillo olvidan otro elemento importante: en el PLD no hay un árbitro que pueda garantizar un pacto de esta envergadura, ya que ningún miembro del Comité Político se ha reservado en el pugilato interno para ser un ente de conciliación ante el posible fraccionamiento que se observa en esa organización.

La precampaña entre los bandos de Leonel Fernández y de Danilo Medina es una pelea a muerte, matizada por el odio y la desconsideración, que solo conducen a una virtual división, que sería concretada según los resultados de las primarias.

La prudencia aconseja que Fernández y Medina se despojen de la animadversión que caracteriza sus relaciones políticas, en virtud del peligro que acecha a que los peledeístas puedan perder el poder en los comicios de 2020, lo que parece que aspirarían muchos integrantes de sus grupos antes de viabilizar que uno de los precandidatos de ambos bandos pueda resultar victorioso en las primarias de octubre y luego en las elecciones generales de mayo de 2020.

La sociedad percibe como muy atinada la propuesta de la firma de un pacto que plantearon el precandidato presidencial Castillo y el embajador Pérez, como una forma de garantizar la unidad interna en el PLD y también para que sean respetados los resultados de las primarias que organizará la Junta Central Electoral, pero en esa organización se ha perdido mucho tiempo y en el ambiente solo se escuchan tambores de guerra.



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