Hugo López Morrobel
Los contratos fabulosos que se están otorgando a los atletas son una muestra más que fehaciente de cómo esa actividad cada día experimenta un crecimiento exponencial en términos económicos.
Esos pactos multimillonarios se vienen dando desde hace más de una década en disciplinas de conjunto como el fútbol, béisbol y baloncesto, entre otras.
Y que no decir de los atletas que actúan en deportes individuales, como el boxeo, tenis y golf y automovilismo, por citar solo algunos.
Un ejemplo de lo expuesto fue el acuerdo por 360 millones de dólares que obtuvo ayer el pelotero Aaron Judge con los Yankees de Nueva York.
Hasta ahora, solo Mike Trout de los Angelinos y Mookie Betts, de los Dodgers, han firmado por más dinero, con 426,5 y 365 millones, respectivamente.
Este monto que obtuvo no es “pajita de coco”, lo que deja claro que el Sindicato de Peloteros tiene toda la razón al exigir mayores beneficios para sus afiliados a los conjuntos de Grandes Ligas.
En este pacto, definitivamente, Judge fue “juez y parte”, dado que en ningún momento flaqueó en sus pedidos, consciente del valor que tine en el mercado, lo cual quedó demostrado por las diligencias que hicieron otros equipos por lograr sus servicios.
Esa contratación servirá, también, para que otros peloteros estelares le sigan los pasos y no se dejen deslumbrar con las primeras ofertas.
