Un nuevo estadio, sinembargo

Un nuevo estadio, sinembargo…

Un nuevo estadio, sinembargo…

Hugo López Morrobel

Desde hace más de una década, desde diversos sectores ligados al béisbol profesional, se ha venido abogando insistentemente en la necesidad de construir un moderno estadio en Santo Domingo, debido a la longevidad del Quisqueya Juan Marichal, inaugurado en 1955 por la tiranía de Trujillo.

Si bien es cierto que esa edificación ya está obsoleta, debido a la gran cantidad de parches y remiendos que se han realizado, sería interesante saber si la responsabilidad de construir una nueva edificación, recaería solo como responsabilidad del gobierno.

Ello así, porque los mayores usuarios de ese estadio son los equipos profesionales, en este caso Licey y Escogido que tienen su hogar allí.

Debido a que el negocio del béisbol deja beneficios económicos, si se decidieran a construir un nuevo estadio, lo más justo sería que esos conjuntos, junto a los demás que componen la Liga de Béisbol Profesional, y que obtienen beneficios económicos en cada torneo, aportaran una parte de los recursos.

No creo que todavía exista la creencia por parte de algunos propietarios de equipos de que los gobiernos necesitan de la pelota como un “paraguas” con el objetivo de que una parte de la población se recree y no dé mente a los problemas básicos que la afectan.

Si bien es cierto que es necesario un nuevo estadio en Santo Domingo, también es real que todos los que inciden y obtienen beneficios de ese espectáculo, deben inmiscuirse en ese proyecto, cuyo costo implica muchos millones.

Otro dilema, es conocer, si no se produce una demolición del Quisqueya, el lugar donde se construiría el nuevo, dado que no creo que haya un terreno del Estado en el área del Distrito Nacional con las dimensiones adecuadas para una instalación de ese tipo.



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