Nuestra vida, la de República Dominicana, la de cualquier situación creada por la naturaleza o por el ser humano, bien pueden visualizarse como una cruda confrontación entre tendencias positivas (que nos proyectan hacia adelante) y negativas (que nos atrasan).
Cada decisión que se asume está enmarcada en este contexto y absolutamente nada cobra realidad al margen de esta realidad.
Vivir es ejercer la libertad individual, tomar decisiones. La existencia particular de cada uno de nosotros se puede juzgar en este contexto. Igual ocurre con la vida en sociedad.
La semana recién transcurrida, la periodista Mayelín Acosta Guzmán publicó que el Cibao exportó 19 mil 308 millones de dólares en cuatro años en artículos producidos por 763 empresas. “Esta región” nos dice, “accede a más de 158 mercados internacionales”.
A veces uno puede obnubilarse y apreciar que nos oprime un panorama nebuloso. La vida, no obstante, desmiente con frecuencia esa percepción amarga del acontecer nacional. Por ejemplo, la institución denominada “Hábitat para la humanidad” mejoró las viviendas de más de 17 mil personas durante 2023.
La dirección de Aduanas logró ahorros para los contribuyentes por mil 380 millones “a través del programa de despacho en 24 horas”. La mortalidad neonatal descendió un 9 por ciento en los hospitales del país.
A su vez, la denominada “red de trauma” informó haber reducido en un 70 por ciento las muertes ocasionadas por accidentes de tránsito.
La embajadora del país en Washington, declaró que el pasado año el país recibió diez mil 157 millones de dólares en remesas de las que un 84 por ciento proceden de los “dominicanos ausentes”.
Agricultura anunció la creación de una comisión técnica para prevenir plagas. Se establecerán vedas y períodos de siembra y cosecha para garantizar la producción de habichuelas.
Otra publicación del periódico Hoy informa que “el país camina hacia la reducción del embarazo en adolescentes”, debido a que éstos “tienen un efecto devastador en el desarrollo y plan de vida de los involucrados.
Obstaculizan su desarrollo académico y social y provocan resultados catastróficos”. Noticias edificantes son la certificación del Defensor del Pueblo “por cumplimiento y antisoborno” y que el Tribunal Colegiado del distrito judicial “condenó a 30 años de prisión a una mujer que le quitó la vida a otra”.
Un evento relevante: “El director del Seguro Nacional de Salud entregó carnets a madres de recién nacidos en los centros hospitalarios de maternidad”. Dos cárceles de La Vega fueron intervenidas por las autoridades “a fin de incrementar los niveles de seguridad y evitar la comisión de delitos en el sistema penitenciario”.
En su presentación ante las Naciones Unidas el presidente Abinader adelantó que la República Dominicana “luchará para evitar caer en el abismo generado por la crisis en Haití” y añadió que “o luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos solos para proteger nuestro país”.
Esta síntesis de hechos reales tiene como propósito proyectar una realidad trascendente: los esfuerzos por preservar la República Dominicana tienen lugar cada día. Debemos desechar y enfrentar la oscuridad. Contrario a esta situación estamos y debemos permanecer bien despiertos para no dejarnos arrastrar a un abismo de incongruencias.