Un ‘Messiánico’ coronado

Un ‘Messiánico’ coronado

Un ‘Messiánico’ coronado

Dimaggio Abreu.

La 22da Copa Mundial de Fútbol, que curiosamente tocó en 2022, culminó colmada del más sonado éxito y coronando al que el clamor planetario anhelaba que lo hiciera: la Argentina de Lionel Messi, por Lionel Messi.

Un coro universal que incluyó brasileros (connotados rivales sudamericanos de la albiceleste), pasando por algunos franceses (contrincantes en la gran final) resonó con dirección a Qatar implorando, como si se tratara de justicia divina, que Messi levantara la Copa que le faltaba.

Y como si estuviera apercibido de tal clamor, el menudo jugador se entregó con ahínco, blandiendo la batuta con estilo por encima de lo esperado a sus 35 años. Condujo su selección a la coronación en la más emocionante final que se recuerde, tirando a un lado a la potente Francia del inmenso Kilian Mbappé.

Sin los slalom de vértigo, burlando rivales con pelota pegada al pie de sus años gloriosos en Barcelona, esta vez Messi apeló a una combinación de astucia, picardía y habilidad, dando el ejemplo con su actitud, goles, asistencias y hasta peleando pelotas en defensa, motivando así a los Julián Álvarez, Dibu Martínez y toda su plantilla para culminar un Mundial de Qatar para el recuerdo.

Una Copa del Mundo con sede inaudita, en el desierto y en invierno, lograda bajo sospecha de corrupción por la compra de votos a los funcionarios de confederaciones, de la FIFA y federaciones nacionales. Así habría “ganado” la sede Qatar, minúsculo país del Golfo Pérsico de apenas 11,586 kilómetros cuadrados, sobre la propuesta irrebatible de la nación más poderosa del mundo: Estados Unidos.

Próximo al Mundial y con la pelota rodando desde el 20 de noviembre, las críticas y protestas contra el emirato anfitrión crecieron por las condiciones atroces a las que habría sometido a un gran número de inmigrantes que llegaron allí desde África y Asia a partir de 2010, cuando Qatar obtuvo la sede. Las denuncias hablan de más de 6,200 fallecidos por las condiciones infrahumanas a las que fueron sometidos para construir ocho fabulosos estadios, trenes, vías, edificaciones, aparte de supuestos incumplimientos de pago por debajo de lo prometido.

Tales denuncias, aunadas a las que provocaron la discriminación contra las mujeres del país, cuya veda al acceso a los estadios fue evidente, se desvanecieron a medida que el torneo avanzó a las etapas críticas.

Penosamente, los reclamos y la solidaridad del mundo con las víctimas se diluyeron por completo y con la complicidad del ambicioso presidente de la FIFA, Gianni Infantino, los jeques qataríes impusieron sus designios.

Y Messi, a base de ingenio condujo a los suyos a cumplir la profecía casi mesiánica de gran parte del mundo, que anhelaba y rogó por su coronación. Aparte de cortar en 4 los títulos seguidos ganados por Europa y levantar su propia Copa, se señalan otros 12 logros que los hacen único, al menos por encima de Diego Maradona, a lo que se resisten los argentinos.

Futbolista con más partidos en Mundiales (26), minutos jugados (2,314), asistencias (9), único con asistencias en 5 versiones, único en marcar en todas las fases (de grupos, octavos, cuartos, semifinal y final), más partidos como capitán (20), más premios de MVP del encuentro (11), participación en más goles (13 anotados y 9 asistencias), el más joven en participar en 5 Mundiales (35 años) y único argentino con 5 Mundiales.

También, el de mayor tiempo transcurrido entre el primer y el último gol: 16 años 5, meses y 20 días (16 de junio de 2006 al 13 de diciembre 2022); y el más longevo en marcar y asistir en un mismo juego de Copa del Mundo (35 años, 5 meses y 19 días).

Con tantos logros obtenidos no cabe duda de quién ha sido el mejor jugador argentino entre Lionel y Diego Armando. Solo debe quedar la disyuntiva entre el genial Messi y el gran Pelé.