Washington.- Un juez estadounidense determinó este miércoles que el excardenal Theodore McCarrick, el clérigo de más alto rango en la Iglesia católica de EE.UU. en enfrentar cargos de abuso sexual, no es competente para ser enjuiciado debido a deficiencias en su memoria.
McCarrick, de 93 años, fue despojado de su estado clerical en 2019 después de que una investigación del Vaticano determinara que había abusado sexualmente de niños y adultos -muchos seminaristas- durante décadas.
En Estados Unidos, el excardenal se enfrenta a dos litigios, uno en Massachusetts y otro en Wisconsin. En Massachusetts está acusado de tres cargos penales por haber asaltado sexualmente a un menor de 16 años en una recepción de boda que tuvo lugar allí en 1974. En este caso, el juez Paul McCallum dictaminó este miércoles que McCarrick, quien se había declarado no culpable en 2021, no puede ser llevado a juicio debido a su estado mental insuficiente para afrontar el proceso legal.
En febrero de este año, la defensa de McCallum ya había pedido que se desestimara el caso y argumentó que un profesor de psiquiatría de la Universidad Johns Hopkins había determinado que el excardenal sufría demencia, probablemente debido a la enfermedad de Alzheimer.
Ante esa petición, la Fiscalía acudió a su propio experto, la psicóloga estatal Kerry Nelligan, quien este miércoles reconoció durante una audiencia que el acusado no podía ser juzgado por “deficiencias en su memoria y capacidad para retener información».
Aunque el caso en Massachusetts ha sido desestimado, el litigio en Wisconsin seguirá su curso y hay una vista judicial ya programada para el 18 de septiembre.
Estos dos casos son los únicos a los que se ha enfrentado McCarrick en Estados Unidos pese a las decenas de acusaciones en su contra, ya que muchos de esos delitos han prescrito.
McCarrick, que fue arzobispo en Newark (Nueva Jersey) y Washington D.C. y en 2001 fue elevado al rango de cardenal, era uno de los clérigos más prominentes de la Iglesia Católica y estaba a cargo de recaudar fondos para el Vaticano, cautivando a famosos, donantes y presidentes de Estados Unidos.