Un hombre paralítico ha vuelto a caminar con sólo pensar en hacerlo, gracias a unos implantes electrónicos en el cerebro, un proceso médico revolucionario que ha cambiado su vida.
Gert-Jan Oskam, un neerlandés de 40 años, quedó paralizado después de una accidente ciclístico hace 12 años.
El sistema todavía se encuentra en su etapa experimental, pero una institución benéfica en Reino Unido especializada en el tema tildó a noticia de «muy alentadora».
Los implantes electrónicos transmiten inalámbricamente sus pensamientos a las piernas y pies por medio de un segundo implante en la médula espinal.
«Me siento como un bebé, volviendo a caminar otra vez», dijo Oskam a la BBC. También es capaz de pararse y subir escaleras.
«Ha sido un largo camino, pero ahora puedo pararme y compartir una cerveza con mi amigo. Es un placer que poca gente se puede imaginar».
El camino por recorrer
El proyecto, publicado en el sitio especializado Nature, fue liderado por investigadores en Suiza.
La profesora Jocelyne Bloch de la Universidad de Lausana, quien fue la neurocirujana que realizó la delicada operación para insertar los implantes, recalcó que el sistema todavía se encontraba en una fase básica de investigación y faltaban muchos años antes de que estuviera disponible para pacientes paralizados.
Sin embargo, la doctora Bloch dijo a BBC News que el objetivo de su equipo era sacarlo del laboratorio e introducirlo en el ámbito clínico tan pronto como sea posible.
«Lo importante para nosotros no es solo contar con una prueba experimental sino, con el tiempo, darle mayor acceso a más personas con lesiones de la médula espinal que siempre han escuchado de los doctores que tendrán que acostumbrarse al hecho que nunca jamás volverán a moverse».
Harvey Sihota es el director ejecutivo de la institución benéfica británica Spinal Research, que no estuvo involucrada en la investigación. Expresó que, aunque falta mucho para que la tecnología esté disponible al público en general, el avance es «muy alentador».
«Mientras hay mucho que mejorar con estas tecnologías, es otro emocionante paso más en la hoja de ruta de la neurotecnología y su papel en la recuperación de función e independencia de nuestra comunidad con lesiones de médula espinal».
El procedimiento
La operación para restaurar el movimiento de Gert-Jan se realizó en julio de 2021.
La profesora Bloch cortó dos hoyos circulares a cada lado del cráneo, de 5 cm en diámetro, sobre las regiones del cerebro involucradas en el control de movimiento.
Luego insertó dos implantes en forma de disco que transmiten inalámbricamente las señales cerebrales, o sea las intenciones de Gert-Jan, a dos sensores colocados en un casco que se pone en la cabeza.
El equipo suizo desarrolló un algoritmo que interpreta estas señales y las convierte en instrucciones para mover los músculos de las piernas y pies a través de un segundo implante insertado cerca de la médula espinal de Gert-Jan, que la profesora Bloch delicadamente conectó a las terminaciones nerviosas relacionadas con caminar.
Los investigadores descubrieron que, después de unas semanas de entrenamiento, podía pararse y caminar con la asistencia de un caminador. Su movimiento es lento pero parejo, según el profesor Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), que dirigió el proyecto.
«Verlo caminar tan naturalmente es muy emocionante», declaró. «Es un vuelco paradigmático de lo que había disponible antes».
Antecedentes
Los implantes cerebrales se basan en el trabajo anterior del profesor Courtine, cuando sólo se usaba el implante medular para restaurar movimiento. El implante medular amplificaba las débiles señales del cerebro a la parte lesionada de la médula espinal, que se podían amplificar más con las señales preprogramadas de una computadora.
En 2018, la BBC reportó como David M’Zee se convirtió en el primer paciente en ser tratado con éxito con un implante medular, hasta el punto en que pudo tener un bebé con su esposa, algo imposible de lograr antes.
Y el último año reportamos cómo, gracias a la misma tecnología, Michel Roccati se convirtió en el primer hombre con una médula espinal completamente cercenada en caminar otra vez.
Ambos pacientes se han beneficiado enormemente, pero su caminado es preprogramado y el movimiento luce robótico. También deben mantener la intención de sus movimientos coordinados con la computadora y debe parar para reprogramarlos si se desfasan.
Gert-Jan solo había tenido el implante de médula antes de recibir los implantes cerebrales. Ahora dice que tiene mucho más control.
«Antes sentía que el sistema me controlaba, pero ahora soy yo quien está en control». Ninguno de los sistemas, el antiguo o el nuevo, pueden ser utilizados constantemente. Son muy aparatosos y todavía están en su etapa experimental.
En lugar de eso, los pacientes los utilizan durante más o menos una hora un par de veces a la semana como parte de su recuperación. La acción de caminar entrena los músculos y hasta cierto punto les ha recuperado movimiento cuando el sistema está apagado, indicando que los nervios lesionados pueden estar renaciendo.
El objetivo final es miniaturizar la tecnología. La compañía derivada del doctor Courtine, Onward Medical, está haciendo mejorías para comercializar la tecnología de manera que pueda ser utilizada en el diario vivir de los pacientes.
«Estará llegando», comenta el profesor Courtine. «Gert-Jan recibió el implante 10 años después de su accidente. Imagínense cuando apliquemos nuestra interfase cerebro-médula espinal unas semanas después de la lesión. El potencial de recuperación es tremendo».