¿Un hijo de gato, caza ratón?

La gente está harto convencida de la veracidad del refrán que asegura que “hijo de gato caza ratón”, una alusión clara a que los hijos tienen muy altas probabilidades de heredar el talento y las habilidades de sus progenitores.

Esa alta tasa de posibilidad de que se heredan las cosas buenas o malas, a través de la influencia de la genética es relativa, y no está sustentada por investigaciones científicas.

Muchos de los hijos heredan o adoptan las costumbres de sus padres, muchas veces por vicios y hábitos que observan en el ámbito familiar o en el entorno social en que se desenvuelven.

La verdad es que en la historia de la humanidad han sido prolíficas las muestras de que “hijo de gato caza ratón”, pero también hay más ejemplos de casos que indican todo lo contrario.

En nuestro país tenemos ejemplos entre peloteros, que han visto cómo muchos de sus hijos les han seguido los pasos, al punto de que han superado sus actuaciones, tanto en el béisbol local como en Grandes Ligas.

Empero, el número de hijos de peloteros que ha triunfado es muy bajo con relación a la cantidad que han firmado y no han escalado a GL.

Me llega a la mente el conocido refrán, que “hijo de gato caza ratón” por una fallida y lamentable actuación de Jimuel Pacquiao, hijo del inmenso púgil filipino Manny Pacquiao, campeón mundial en ocho divisiones.

A Jimuel le colocaron como rival a un mediocre, para que triunfara con suma facilidad, empero, fue incapaz de desarrollar un combate mínimamente decente, por lo que fue decretado un empate.
Sufrí una tremenda decepción con esta actuación mediocre del hijo de Manny Pacquiao, porque la verdad que no fue nada agradable, al observar su incapacidad de poner en práctica elementos básicos del boxeo.