Cuando me vine a dar cuenta era muy tarde y no pude despedir personalmente a «Chapea».
Su nombre en cédula era Francisco Geraldino, 87 años, y fue sepultado el pasado sábado en Bayona.
Durante más de 20 años fuimos amigos circunstanciales porque coincidiamos frecuentemente cada quien cumpliendo con las cotidianidades propias de la supervivencia. !Aprecio que nunca olvido mi nombre!
El llegó primero que yo, en el año 1966, de la mano del inolvidable Juan Ulises García Saleta (Wiche), quien aportó las primeras ideas y libró las primeras batallas, Chapea removió las primeras malezas del principal o activo público que tiene la sociedad dominicana: El Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Sea una calle, como propone Bienvo Rojas, o cualquier otro espacio, debe llevar el nombre y la imagen de ese humilde pionero, machete en manos, en chapear, más no «chapiar», el querido parque deportivo.