José Ramírez, de los Indios de Cleveland, se ha convertido en un verdadero “fenómeno”.
Un pelotero con escasa estatura y poca musculatura, no podía llegar a las Grandes Ligas, de acuerdo a los estándares que tradicionalmente han mantenido escuchas y entrenadores.
Para triunfar en ese espectáculo, los parámetros son todo lo contrario a los que supuestamente tenía José, a quien veían como un jugador que hasta en cierto aspecto “entorpecía” el desenvolvimiento de otros peloteros con más condiciones que practicaban en los estadios de su natal Baní, provincia Peravia.
En fin, para estos “expertos”, José constituía una real pérdida de tiempo.
Después de mucho batallar comenzó a dar pasos adelante y fue firmado, diría que por “compasión”, creyendo que su permanencia en el béisbol organizado sería muy, pero muy efímera, dado que “no reunía condiciones”.
La historia está ahí. Tras una lucha permanente y un trabajo constante, este joven de 24 años se ha constituido en uno de los pilares ofensivos de los Indios.
En la presente campaña el banilejo tiene excelente promedio de .308, con 26 jonrones y 73 remolcadas, cifras envidiables para cualquier jugador de Grandes Ligas.