Un estado de cosas que requiere de mucha firmeza

Un estado de cosas que requiere de mucha firmeza

Un estado de cosas que requiere de mucha firmeza

Roberto Marcallé Abreu

Amanece y esta claridad matutina que nos deslumbra con su intensidad debería colmarnos de esa vaga alegría que supone la dispersión de las tinieblas y los enigmas ciertos o imaginarios que ocultan.

Solo que al abrir los ojos y apreciar la realidad en todos sus matices y formas uno percibe que oleadas de sentimientos encontrados se apoderan de nuestras interioridades.

Nos sorprende una infinidad de preguntas, la mayoría de las cuales no parecen tener respuestas. Cierras los ojos y presumes que a pesar de que el sol se apropia de la realidad, ámbitos muy extensos de la existencia persisten en las penumbras o en la oscuridad.

Siento el estremecimiento y la grave preocupación frente a la noticia de un evento que ocurrió a principios de este mes en un centro educativo. En un video muy publicitado “se muestra un menor de edad siendo maltratado por una niña de 11 años, y otros dos muchachos de 10 y de 12”.

“El niño de 9 años fue amarrado con una cuerda mientras los otros lo golpeaban e intimidaban con palabras obscenas”, expresa, pasmado, el periodista que cubrió la noticia.

En otro texto, suscrito por Marvin Beltré y Ashley Martínez y publicado en el Listín Diario se reproducen las dramáticas declaraciones de la madre: “Por la ley sobre menores entonces, ¿no se puede hacer justicia? ¿Y si lo matan al niño? Ellos (los agresores) lo hicieron porque creen que el niño no tiene familia y sí la tiene”.

Poco antes -continúa la crónica- los agresores tomaron unos zapatos marca Jordan y los quemaron. “Esos niños están por su cuenta”, dice, con dolor y sufrimiento. Relata que en otra ocasión el infante llegó a la casa asustado diciendo que lo habían amarrado. “Esos niños están por su cuenta”, se quejó.

Se refirió entonces a “la falta de consecuencias bajo el alegato de que se trataba de “menores”. La versión de la autoridad escolar resulta inconcebible, pero muy propia del ambiente que vivimos, decimos nosotros: “Ante la situación, el director de la escuela donde estudian los menores explicó que no se puede tomar represalias ‘debido a que no ocurrió en las inmediaciones del recinto educativo’”.

El alegato les sirve para decir que “han decidido mantener su frontera cerrada al comercio, aunque perjudique a su propia población”. Los verdaderos sentimientos de los haitianos hacia los dominicanos, aflora de forma frecuente en toda su acritud y equívoca intencionalidad. Es ahí donde radica la verdad definitiva.

Si se hace un recuento del acontecer nacional no es difícil descubrir en su conjunto muchas manifestaciones positivas. Pero también es verdad que la maldad y el desasosiego hacen acto de presencia como la mala yerba. “Una mujer imputada de matar a su pareja de una puñalada en el pecho recibió ayer tres meses de prisión preventiva”. “Muertes por dengue ya ascienden a 16 y los infectados sobrepasan los 15 mil 600”.

Los médicos, a su vez, se encuentran escandalizados ante ciertos hábitos y prácticas que se están haciendo usuales entre los jóvenes. La doctora Mariel Pacheco Advirtió que tales conductas “podrían provocar un aumento de cáncer que hay que enfrentar sin pérdida de tiempo”. Uno observa con frialdad el panorama. Cada día que transcurre, se aprende más y más…



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