El esfuerzo, el trabajo, la persistencia, la perseverancia, la firmeza, aunadas con una mentalidad constante, de que sí se pueden derribar todos los obstáculos que se presenten, produce resultados extraordinarios.
Para juntar los elementos necesarios y lograr los objetivos, se necesita fortaleza de espíritu, que hoy por hoy es una de las grandes dolencias en cualquier conjunto humano.
Eso, precisamente, es lo que ha incidido desde hace años en la selección nacional de voleibol femenina, definida con toda razón como “Las Reinas del Caribe”.
Ese es un proyecto que deja bastante claro las infinitas posibilidades de éxito que rodean el deporte nacional, cuando se trabaja con firmeza y seriedad, en especial, en lo económico.
Desde hace años, todos los dominicanos están totalmente identificados con esas muchachas, desde la cabeza hasta los pies, porque recorren el mundo logrando triunfos contundentes ante países a los que vencerlos, hace un tiempo, era una proeza imposible, un sueño absurdo.
Ya no soñamos, vivimos y contactamos una realidad palpable: triunfos ante cualquier rival, sin importar su potencialidad.
República Dominicana tiene hoy en el voleibol femenino uno de sus grandes activos, y eso no es sorpresa, es el resultado del trabajo combinado, con el único interés de echar adelante.
RADARES.- Los entrenamientos de la NBA están a ley de días, y desde ya se vaticina que los Raptors, actuales campeones, no tienen las mínimas posibilidades de retener la corona, porque se marchó su principal activo, Kawhi Leonard. ¿Se podría decir que fue “chepazo” la obtención del título?…
En las Águilas, se le echó un poco de agua al fuego, pero nadie duda que puede resurgir con fuerza en cualquier momento.