Eloy Jiménez sabe dar una sorpresa.

El bateador designado y jardinero de los White Sox le prometió algo especial a los reporteros durante una llamada de Zoom el 23 de enero, cuando se le preguntó sobre su programa invernal de acondicionamiento. En su primera reunión con los Medios en los entrenamientos, un Jiménez más esvelto dijo que perdió entre 25 y 30 libras desde que terminó la campaña del 2022.

“Estoy aquí”, dijo un Jiménez sonriente, señalando a sí mismo. “Esta es la sorpresa.

“Quise hacerlo porque así estaba en ligas menores y tuvo éxito. Entonces, ¿por qué no hacerlo aquí? El beneficio es que soy más veloz, puedo correr más rápido y me siento bien”.

Jiménez siempre ha trabajado duro, pero un cambio de dieta hizo la diferencia. Renunció a la carne roja, lo que dice fue el parte más difícil de la modificación, para comer mas pollo y salmón.

El cambio también le ha hecho posible que Jiménez tenga una oportunidad legítima de jugar en el jardín derecho, la posición defensiva a la que se trasladaría ahora que Andrew Benintendi está firme en el bosque izquierdo. Los White Sox son mejor equipo cuando Jiménez funge como bateador designado, pero el manager Pedro Grifol agradece que el dominicano de 26 años no esté enfocado solamente en el bateo a estas alturas de su carrera.

“¿Por qué no comprometerte y competir por un puesto en los jardines? Me encanta”, dijo Grifol. “Es una pieza clave de nuestro lineup, por supuesto. Pero ¿por qué no habrías de prepararte y salir y competir por un rol defensivo? Yo haría lo mismo si estuviera en sus zapatos. Quiero que lo haga. Quiero que salga con hambre y compita por el puesto en el jardín derecho”.

“Sí, estábamos hablando y [Grifol] dijo, ‘Te voy a poner allí. Dame lo mejor de ti’”, dijo Jiménez. “Estoy voy a hacer. Voy a tratar de quedarme ahí por todo el mundo aquí sabe que no me gusta ser BD. Voy a trabajar para ser jardinero”.

Estar más delgado no solamente ayuda a Jiménez defensivamente, sino en el plato.

“Siento que le doy a la bola con menos movimiento”, dijo el quisqueyano. “A veces, cuando tenía peso de más, tanto que apurarme más. Ahora mismo, me siento mejor que no tengo que apurarme por nada.

“Si estoy saludable, sé que puedo hacer cualquier cosa. Trato de mejorar todos los días. No tengo expectativas. Sé que soy bueno, así que si estoy saludable, eso es lo principal”.

Colás decidido a adueñarse del RF en los Medias Blancas

Cualquier fanático que vaya en busca de Óscar Colás durante las prácticas de los entrenamientos primaverales de los Medias Blancas o en los próximos juegos de la Liga del Cactus deberá fijarse en la camiseta con el Nro. 76.

Pero si el cubano de 24 años hace el roster de los Patipálidos esta primavera como el jardinero derecho titular, su preferencia sería portar el Nro. 44.

“Es el número que he venido utilizando desde que fui ascendido a Doble-A el año pasado”, destacó Colás. “Y tuve buenos resultados con ese número”.

No piensen que Colás se ha adelantado y está pensando ya en el 30 de marzo y en el Día Inaugural en Houston al hablar de un potencial número en su jersey de Grandes Ligas. El nativo de La Habana, Cuba, está bien consciente del reto que tiene enfrente y ha venido trabajando duro para ganarse esta oportunidad.

Colás, clasificado como el segundo mejor prospecto del club en la lista de MLB Pipeline, se tomó muy poco tiempo de descanso tras registrar una impresionante línea de bateo de .314/.371/.524 con 23 jonrones, 24 dobles, 79 carreras producidas y 81 anotadas en varios niveles en 2022 por Clase-A Alta Winston-Salem, Doble-A Birmingham y 31 turnos al bate por Triple-A Charlotte.