Un día para celebrar muy poco

Un día para celebrar muy poco

Un día para celebrar muy poco

Hugo López Morrobel

Hoy se celebra en el país el Día Nacional del Deporte, actividad de suma importancia para el desarrollo de cualquier sociedad, sin embargo, aunque todos, en especial las autoridades, están conscientes de su valía y significado, todavía ese es un renglón que pasa crujías y miserias al por mayor y al detalle.

Entonces, hay que colegir que levantar el deporte es una tarea, una misión perentoria e impostergable, en la que debe estar involucrado todo el conjunto que lo compone como un solo cuerpo tras un objetivo común.

Sé que hoy se realizarán algunos actos conmemorativos de la fecha, y eso es correcto, pero en esas celebraciones debe primar un grito libertario que conmueva los cimientos de todos, en especial la dirigencia, que cada día se hace más obsoleta con relación a los avances y necesidades de los principales actores, que son los atletas.

Precisamente, los deportistas que se fajan en las canchas para representar al país en eventos internacionales, si bien después de tener una buena participación reciben reconocimientos, la mayoría monetarios, eso no es suficiente.
Lo correcto sería que durante su desarrollo como atletas, tengan a su alcance las ayudas técnicas y económicas para echar adelante sus objetivos en los campos de competencia.

Es un día excelente para replantear nuevos rumbos que conlleven a un desarrollo integral del deporte, porque si bien es cierto que se ha avanzado en algunos aspectos, todavía hay mucho camino por recorrer y poder derribar a los grandes inconvenientes y estorbos para lograr las metas proyectadas.

RADARES. El caso de Freddy Núñez Jorge, de la Federación de Pentatlón Moderno, da la impresión de que cada día toma un giro muy extraño y se presenta bastante complejo.



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