Cada día trae su afán, dice la cultura popular, y el de hoy nos trae los festejos propios de los 16 años de circulación de EL DÍA. Recuerdo claramente cuando, una mañana cualquiera de febrero, me topé con el doctor Rafael Molina Morillo y al verme me preguntó:

¿Lady, qué estás haciendo ahora?, con ese cariño que siempre compartimos, a lo qué respondí: ¿qué quiere usted que haga? Con una sonrisa en el rostro, me dijo: “Quiero que te encargues de las sociales de un nuevo periódico”.

No tengo que decirles cuál fue mi respuesta, pues estamos aquí, coordinando las secciones Vida y Estilo y El Día y la Noche. Todos estos años han sido una gran escuela, viendo crecer este diario y participar en su desarrollo y posicionamiento como uno de los principales medios impresos del país, y además gratuito. que a la fecha ha sido sometido a dos cambios de cara y con ellos transformaciones a lo interno que nos van haciendo cada día mejor.

El pensamiento de la celebración de hoy viene acompañado de una gran nostalgia, pues es el primer cumpleaños que no tendremos al Doctor, como cariñosamente le decíamos en la redacción, entre nosotros.

Sin lugar a equivocarme, hoy somos mucho de lo que él fue… su impronta se nos ha quedado en el tuétano de los huesos y, sin importar los vientos que soplen y los cambios que sucedan, hay legados que nunca pasarán de moda.

Hoy, el compromiso es “no bajar la guardia”, porque, sin importar qué pase en el futuro, en los que trabajamos en los primeros bocetos de este periódico corre sangre naranja por las venas… y más allá de un lugar de trabajo, EL DÍA es nuestra segunda casa y todo lo aprendido se quedará como el tesoro mejor guardado.