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Un desfile militar que retumbó en el pecho de los dominicanos

Dayana Acosta Por Dayana Acosta
Un desfile militar que retumbó en el pecho de los dominicanos
Una unidad Lince pasa frente al palco. Olga De la cruz

Santo Domingo.-Ni el sol abrasador ni la llovizna intermitente impidieron que cientos de dominicanos se congregaran en la avenida George Washington para cerrar con orgullo y regocijo la conmemoración del 181 aniversario de la Independencia Nacional.

Desde tempranas horas de la tarde el entusiasmo y la emoción se apoderaron de la multitud, ansiosa por ver a sus Fuerzas Armadas y Policía Nacional desfilar con gallardía en honor a la patria.

El presidente Luis Abinader, acompañado de la vicepresidenta Raquel Peña y la primera dama Raquel Arbaje, llegó al acto en medio de aplausos y vítores. Recibido con los honores militares correspondientes, su mirada reflejaba el respeto y la admiración por los hombres y mujeres que dedican su vida a la protección de la soberanía nacional.

A su lado, altos mandos militares y funcionarios gubernamentales presenciaban con solemnidad el inicio del desfile, que arrancó tras la autorización del mayor general Miguel Á. Rubio Báez.

Cuando las primeras tropas hicieron su entrada, un murmullo de asombro recorrió la multitud. Soldados del Ejército, marinos de la Armada y aviadores de la Fuerza Aérea avanzaban con paso firme, sus uniformes impecables y la determinación en sus rostros. Desde el cielo, aeronaves sobrevolaban el litoral, mientras en el mar las embarcaciones de la Armada surcaban con majestuosidad las aguas del Caribe.

El país entero parecía respirar al compás de cada paso, cada maniobra, cada demostración de disciplina y compromiso.

Las unidades especializadas, con su equipamiento moderno y sus estrategias de seguridad, hicieron gala de su preparación.

El contingente SWAT y la brigada Lince, guardianes incansables de la paz ciudadana, arrancaron aplausos con sus maniobras.

Por primera vez el recién creado Cuerpo Especializado de Mitigación de Emergencias y Desastres (CEMED) desfiló, recordando a los presentes que el deber de proteger a la nación va más allá de la defensa militar: también implica salvar vidas en tiempos de crisis.

Adultos y niños agitaban sus banderas al compás de la marcha, como el latir del corazón de un pueblo que honra su historia.

Recordatorio

— Nuestra patria
Cuando el último batallón cruzó y las aeronaves surcaron el cielo, una ovación estalló. Más que un desfile, es un recordatorio vivo de que la patria no es sólo un territorio: es el espíritu inquebrantable de quienes la honran.

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