República Dominicana se encuentra inmersa en un momento de reformas, lo insólito es que el presidente haya sometido a vapor estas tres reformas:
– Constitucional.
– Fiscal.
– Laboral.
Cuando señalo que existe un Congreso de intelectuales, podemos ver perfiles que forman parte del mismo, que no tienen la más mínima capacidad de conocimiento de lo que se requiere, recordemos el caso de las preguntas que se le hicieran a varios legisladores, donde a estos se les preguntó: ¿Cuántos artículos tiene la Constitución dominicana?, donde la mayoría cuestionada no supieron responder a la misma y el peor de los casos, es que solo van a levantar las manos para su aprobación, porque así lo ha orientado el presidente. Sin embargo, dichas reformas no han tenido el tiempo necesario de discusión ni de consultas con los sectores que forman parte de la sociedad dominicana.
El gobierno ha dado a conocer varios puntos esenciales de las tres reformas de las cuales se han hecho en medio de una turbulencia mediática de distracción como son los casos de los apresamientos de varios funcionarios por supuestos casos de corrupción y el llamado que hizo el presidente de realizar deportaciones masivas de indocumentados haitianos.
No podemos dejar a un lado la situación económica que vive el pueblo dominicano y viendo la reforma fiscal que como siempre carga de más impuestos a la clase media y a los más pobres que son los más afectados en este tipo de reformas.
Una de las primeras medidas que debe asumir el gobierno, es la reducción del gasto público, que las grandes empresas asuman mayor pago fiscal, así como también más impuestos a los que ostentan mayor acumulación de riquezas, que se deje de financiar campañas electorales; pero también quitar las exenciones y privilegios a los funcionarios, diputados y senadores.
El pueblo en sentido general ya no soporta más cargas impositivas y la reforma fiscal, como también la laboral golpean directamente los salarios de los trabajadores, porque cada día la inflación se traga dichos salarios por la carestía de los alimentos de primera necesidad, el alto costo de alquiler de las viviendas, los medicamentos, los derivados del petróleo, entre otros.
Diversos sectores sociales, populares y partidos, han mostrado su rechazo a las reformas de manera más enérgica a la fiscal y a la laboral, por lo que su impugnación ha empezado a general movilizaciones en el país, con la consigna: ¡No a la Reforma Fiscal!
*El autor es Politólogo, egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Recinto San Francisco. Analista internacional, ensayista de temas locales, nacionales e internacionales.