Cada hora que pasa los dominicanos se sumergen de cabeza en todo lo que tiene que ver con el Clásico Mundial de Béisbol.
La integración ayer de Adrián Beltré, después de haber estado en duda su participación, incluso se le daba como “perdido”, le pone otro sabor al conjunto dominicano, que junto al de Estados Unidos es favorito para llevarse la corona.
Esa preferencia obedece a las figuras que conforman uno y otro, sin embargo, siempre he sostenido que en béisbol el hecho de tener figuras con números sobresalientes no significa que el triunfo está asegurado.
En béisbol, diferente a muchos otros deportes, no se puede descartar a nadie, por eso el refrán ya convertido en máxima de que “la pelota es redonda y viene en caja cuadrada”.
El caso más reciente ocurrió ayer, en el que Israel, un país del Medio Oriente donde muy pocos conocen el béisbol, conformó un equipo que sorprendió al mundo, al derrotar a una potencia asiática como es Corea del Sur.
La República Dominicana comenzó a entrenar ayer en Bradenton, en los estadios donde practican los Piratas, y el dirigente Tony Peña espera que se produzca una rápida integración y cohesión del conjunto.
Hay que recordar que la pelota no es un deporte individual, por lo que debe producirse la química necesaria entre los jugadores para realizar un trabajo con buenos resultados.
Habrá que fajarse de campana a campana para obtener triunfos, porque si no, solo se dirá luego que teníamos el mejor equipo, pero que tuvo “mala suerte”.
Todos los jugadores saben el sagrado compromiso que tienen con el país, ya que el triunfo invicto en la pasada versión del Clásico hace que ganar sea una responsabilidad, un compromiso colectivo y un deber ineludible.
El dirigente Tony Peña sabe lo que tiene entre manos en este evento.