Un combate “peso pesado”

Un combate “peso pesado”

Un combate “peso pesado”

Hugo López Morrobel

Deontay Wilder, campeón de los pesados, versión Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tendrá mañana otra confrontación histórica con el cubano Luis Ortiz, donde tendrá que emplearse a fondo para salir victorioso.

Para Wilder, cuyo récord es de (41-0-1, 40 KO), las cosas se les pueden poner muy difíciles, porque si Ortiz, conocido como King Kong por su fuerza brutal, (31-1, 26 KO), se programa para terminar antes del séptimo asalto puede salir victorioso.

Que nadie olvide que en su primera confrontación el cubano lo colocó al borde del nocaut, salvándose porque sonó la campana.

Creo que en esa ocasión, marzo del año pasado, la falta de determinación de Ortiz impidió que Deontay fuera fulminado en el octavo, debido a que se le pusieron las piernas de “mantequilla”, tras golpes contundentes al cuerpo.

Sin embargo, su rival, con más juventud y determinación, tomó un nuevo aire y con golpes de todos los calibres lo llevó a la lona en forma definitiva.

Por lo tanto, será un combate donde los primeros asaltos serán determinantes para las aspiraciones de Ortiz.

Si deja que la pelea vaya más allá del décimo no hay duda que Wilder tiene mucho más probabilidades de repetir la historia anterior.

Pero no hay que desesperarse, mañana sabremos quién es quien, en el MGM Grand Garden Arena en Las Vegas, Nevada.

Lo que no se puede seguir evitando es que el vencedor del sábado enfrente al ganador entre el mexicano Andy Ruiz y el británico Anthony Joshua, pelea pactada para el siete de diciembre en Arabia Saudita.

Esas dilaciones han venido afectando al boxeo profesional, porque hay que definir de una vez por todas cuál es el campeón real de los pesados, y dejarse de monerías de tener tres o cuatro titulares en la misma división.

Radares.- La pérdida de autoridad es y será uno de los grandes retos que tienen las sociedades con el objetivo de evitar que la anarquía se enquiste en todos sus estamentos.

El irrespeto de los fanáticos hacia los árbitros en el básket vegano, es una muestra de que hay que poner un “stop”, urgente, a las provocaciones, para evitar que colapsen eventos de ese nivel.



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