¿Un combate callejero?

Las posibilidades de que Timothy Bradley derrote mañana a Manny Pacquiao parecen muy escasas, si se toma en cuenta sus primeras dos confrontaciones, donde el filipino dominó ampliamente, aunque los jueces le dieron el triunfo al estadounidense en la segunda oportunidad.

Esa “victoria”, antes que darle alas a Bradley, representó un verdadero dolor de cabeza, dado que ni él mismo aceptó la decisión como buena y válida, situación que arrastra desde entonces.

En esta oportunidad el filipino luce de nuevo como favorito, sin embargo, nadie sabe con exactitud si se recuperó de la “lesión” del hombro cuando se midió a Floyd Mayweather.

Si no está recuperado por completo, la situación no será tan fácil, aunque los que han observado los entrenamientos de Pacquiao aseguran que ganará por nocaut.

Otro elemento que tendrá incidencia en este enfrentamiento será la esquina de ambos, Manny sigue con Freddy Roach, quien luce ya enfermo y agotado, mientras Bradley tendrá en su esquina a Teddy Atlas, quien es un verdadero guerrero que motiva al máximo a sus pupilos.

Esto no es fundamental, pero en definitiva tiene mucho peso en el resultado de un combate, en especial en los últimos asaltos.

Me simpatiza Pacquiao, pero la lucha debe ser fratricida desde el campanazo inicial, callejero, sangrienta, muy parecida a la que libró el propio Bradley frente al ruso Ruslan Provonikov, a la postre seleccionada como la mejor de 2012.

Si Manny no está dispuesto a este tipo de pelea, el resultado no es claro, a pesar de que Timothy no es un gran pegador para generar nocauts.

Si Pacquiao obtiene una victoria en forma contundente, en especial si se produce por la vía rápida, ahí mismo se iniciarán los trámites para la revancha con Mayweather, quien ha estado observando las posibilidades de regresar al cuadrilátero.

Y aunque es seguro que un segundo choque no generará las expectativas del primero en lo económico, es otra oportunidad para con una buena promoción, y echarse decenas de millones en los bolsillos.