Un cielo gris, como si el universo llorara al unísono de los dominicanos

Santo Domingo, RD. – Como si el cielo también llorara al compás del pueblo dominicano, el clima se torna gris, frío, triste y con rezagadas ganas de brillar el día de hoy.

¿Será que también el universo siente la perdida desgarradora de esas 221 víctimas?

No existen las palabras ideales para dar inicio a un texto que solo nos hace llorar, nos hace sentir vulnerables y nos lleva a cuestionar las razones de tan atroz desplome.

Hoy, se cumple el cuarto día y muchos quisieran estar soñando que despertar a esta realidad tan vil. Hoy cuatro días desde que una llamada de alerta puso en aviso al país de que una terrible tragedia se avecinaba, en la que se ponía a prueba los sistemas de emergencia y la fé misma. Algo inesperada y nunca antes imaginada comenzaba a volcar en lágrimas hasta el más fuerte.

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Un país cristiano y temeroso de Dios, pasa por una prueba dolorosa, en el que no se necesita ser familiar directo de una víctima para llorar, la tristeza no ha mermado, sigue en los corazones de los dominicanos y sencillamente no se consigue consuelo, las personas lloran unas con otras.

El Jet Set le robó la vida a cientos de personas, pero arrebató la alegría de millones de dominicanos.

Vimos llorar a nuestras autoridades

Vimos llorar a nuestras autoridades y está bien, pues es una muestra de humanidad, fue inevitable no mostrar aflicción cuando el director del COE con sollozos llantos dijo “Esta es la tarea más difícil que me ha tocado en 20 años al frente del Centro de Operaciones de Emergencias”.

Sentimos el malestar y dolor del presidente Luis Abinader, cuando al apersonarse al lugar sus lagrimas se dejaron ver en empatía con los familiares de las víctimas.

Vimos llorar a nuestras autoridades y está bien, porque todos lloramos al unísono.

Ayuda Psicosocial

Más que nunca esta profesión se hace vital para unidos como nación salir de esta pena que embarga al pueblo. Durante todo el proceso el Gobierno ha puesto a disposición carpas en los distintos centros de salud en los que fueron trasladados los afectados, así como en el lugar de la tragedia.

¿Pero y el resto? El dolor sigue siendo colectivo y faltaran días, para que el color gris no sobreabunde en los corazones dominicanos.