En béisbol -ni en otros deportes- no es lógico justificar la destitución de un dirigente diciendo que este “no batea ni ptchea, ni apara”.
Entonces, no habría como valorar que un mánager es mejor que otro y todos sabemos que hay muchos que marcan diferencia porque hacen que las cosas sucedan mejor sin necesidad de tomar un guante ni un bate.
Ayer se consumó un hecho histórico en la pelota dominicana, principalmente por las figuras que estuvieron involucradas.
Se trata del dirigente Félix Fermín, el máximo ganador en la pelota dominicana, despedido por segunda vez por el equipo al que llevó a la conquista de cinco coronas, aunque la otra vez al término de un campeonato. Ya en la campaña pasada los Toros también lo habían cesanteado en medio de la justa.
Y se lanza desde las oficinas al campo, un mánager de Grandes Ligas, Manny Acta, quien además había ganado con el Licey (2004). Junior Noboa también bajó de las oficinas al terreno con el Escogido y los Toros.
También se involucra la figura de Winston Llenas, quien está de regreso como presidente después de un par de años fuera de las filas amarillas, hombre que ha estado involucrado en 19 de las 20 coronas cibaeñas. Como se ve es un hecho impACTAnte en una franquicia que se acostumbró a ganar y que no alza una copa desde 2008.