Santo Domingo.-Construir conciencia sobre la importancia de incentivar las donaciones a causas solidarias es sin lugar a dudas una acción que no solo deja la dulce sensación del deber cumplido, sino también el impulso de potenciar una mejor vida y dar felicidad a los que reciben el donativo.
En el país hay una entidad que trabaja incansablemente para lograr sonrisas en pequeños infantes y adultos, pues muchos nacen con una malformación congénita como labio leporino y paladar hendido, lo cual es una afección que se corrige con cirugías y después requiere de cuidados con especialistas de diversas áreas .
Motivados por ayudar a encauzar este tipo de problemas que viven muchos hogares dominicanos con hijos que tienen esta condición, pero que no cuentan con recursos económicos para remediar el problema, nació la fundación Sonrisa.
Esta entidad sin fines de lucro opera a estos niños completamente gratis y tiene presencia en 60 países.
De acuerdo a Cuchy Molina, voluntaria y parte del Comité de Recaudación de Fondos de la fundación, estas operaciones son costosas y para recaudar fondos celebrarán hoy su primer “bingo benéfico”, para que la gente se pase una tarde alegre y aporte a una causa social a favor de miles de niños que lo necesitan.
La fundación tiene treinta años de fundada con su casa matriz en Estados Unidos, y agrupa a más de cinco mil médicos voluntarios que trabajan a favor de la causa.
En República Dominicana tiene seis años de labor ininterrumpida, tiempo en que le han devuelto la sonrisa a 618 niños y adultos, con igual número de operaciones.
Molina destacó que en otros países inmediatamente nace un niño con esta condición de una vez se le opera, lo cual no sucede siempre aquí, pues dijo que ellos han realizados intervenciones a personas adultas con este tipo de casos.
Detrás de una meta
Explicó que la meta de la fundación es operar los que nacieron en ese año, ya que nacen aproximadamente 200 niños con esta malformación anual mente.
En otro sentido la voluntaria Tatiana Swiatkowski manifestó que en estos seis años la población ha cambiado significativamente, pues dice al principio había muchos adultos y adolescentes sin operar y ahora mayormente son niños recién nacidos que preparan para cirugía.
Mientras que Hilda Latour expresó que a estos se le da un seguimiento integral, al hacer luego de la intervención un conjunto de terapias del habla y psicológicas, para que los pacientes tengan una vida normal.