Roberto Marcallé Abreu
Cuando se examina la cotidianidad del ciudadano no sólo en el contexto de nuestra geografía, así como en nuestra particular realidad, no es difícil arribar a la conclusión de que vivimos momentos impredecibles y complejos tanto en el ámbito personal como colectivo.
No son pocos quienes visualizan esta sucesión de eventos como “muy grave” o “sumamente compleja” para no describirla de manera peyorativa o sencillamente indignante.
No se trata de una situación particular del país. Hablamos de una suma de eventos que tienen lugar, con mayor o menor gravedad, en todas partes…
Lo cierto es que nadie, en cualquier litoral, parece estar al margen de este equívoco y errático estado de cosas. Hay quienes consideran al mundo y la humanidad en una situación susceptible y peligrosa y las noticias parecen concederles la razón.
La cotidianidad se transmuta en eventos o apreciaciones complicadas y escandalosas. Las noticias son, cada día, más preocupantes.
No por vivir en una isla nos encontramos al margen de este absurdo estado de cosas. Los inconvenientes y dificultades a diversos niveles afloran por doquier: “El cuatro por ciento a la educación (una lucha de incontables años) se fue por las alcantarillas” (Listín Diario, 30 de noviembre).
“En el país más de 79 mil personas viven con VIH. 56 mil 310 no se tratan” (El País, 30 de noviembre). “Psiquiatras proponen red comunitaria que apoye la salud mental” (Hoy). “Once instituciones vinculadas al transporte operan con duplicidad” (Diario Libre). “Los senadores y diputados chocan por sus privilegios” (ibidem). “Jueza dicta 18 meses de prisión a coronel y seis miembros PN” (El Día”).
Conviene entrar en el detalle de esta noticia: estos uniformados “sustraían municiones, armas, pertrechos y bombas lacrimógenas de la Intendencia de la Policía Nacional”.
“Se impuso una garantía económica de dos millones de pesos a un oficial y tres millones al sargento mayor Miguel Ángel Gómez Espaillat por cuanto habían alterado los resultados de una auditoria. Los acusados traicionaron su uniforme, traicionaron su institución y traicionaron al país”.
Este rosario de horrores apenas inicia. Por lo que es preciso cuestionarse si nosotros, los dominicanos, realmente cuidamos a nuestro país, sus bondades, su presente y su futuro. “El Servicio Nacional de Salud registró más de cuatro mil partos de haitianas durante el mes de octubre”.
“De todos los datos procesados la cantidad de parturientas haitianas superó a la cantidad de dominicanas en 12 provincias del territorio nacional” (Diario Libre).
“La Federación Dominicana de Comerciantes informó no ser responsable del alza de los precios de consumo masivo que se está registrando en los últimos días. La institución informó su preocupación por el alza en los precios”.
Titular: Reprueban la mayoría de los participantes en las pruebas nacionales.
El Ministerio de Educación de República Dominicana informó que de los seis mil 599 estudiantes a nivel secundario sólo un 48 por ciento aprobó dichas pruebas”. (Listín).
“Se derrumba una plaza comercial en Santiago” (Diario Libre). “Policía Nacional advierte sobre estafas con cheques falsos en compras por redes sociales”.
