El dolor es una de las experiencias más desagradables que se puede vivir.
El umbral del dolor es definido como la intensidad mínima en que un estímulo puede despertar la sensación dolorosa.
Cabe destacar que umbral y tolerancia al dolor no es lo mismo, ya que la tolerancia es la capacidad máxima de soportar el dolor que se tiene.
Cuando hablamos de un umbral bajo de dolor es porque el paciente reacciona de manera incómoda o se queja con facilidad a un estímulo de mínima intensidad, el cual pudiera ser imperceptible para alguien más.
El umbral del dolor no es igual en todas las personas, este puede venir influenciado por las emociones, la genética, factores sociales, entre otros. Incluso en la misma persona puede ser variable a lo largo de la vida, ya que está relacionado con creencias, miedos, traumas, etc.
Es por esto que es importante hablar con el paciente antes de tratarlo, hacer una minuciosa historia médica, preguntar todo lo que el paciente ha vivido antes en cuanto a consultas odontológicas se refiere. Así mismo, explicarle en qué consistirá el tratamiento, que cosas pudieran resultar incomodas o tal vez dolorosas antes de ejecutarlas y poco a poco lograr que el paciente confíe en su doctor.
Si el paciente está muy traumado por experiencias previas, hay que tratar de conseguir un ambiente relajado dentro del consultorio dental, buscarle distracciones, recetarle algún medicamento antes de que llegue a la consulta para lograr un efecto relajante en dicha persona.
Es importante considerar que en pacientes de un umbral del dolor bajo se deben utilizar anestésicos bucales potentes.
En fin, cada paciente es diferente, cada cuál tiene su historia y cada umbral es distinto, con algunos será más fluida la cita y con otros debemos tener más paciencia, eligiendo las herramientas correctas durante la atención para poder ofrecerles una experiencia libre de dolor.
Dios te bendiga abundantemente.
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