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UCSD gradúa 812 nuevos profesionales en una ceremonia marcada por gratitud, fe y esperanza

La Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) celebró este martes su Nonagésima Octava Graduación Ordinaria, en un acto cargado de emoción y profundo significado humano. Un total de 812 nuevos profesionales fueron investidos: 423 del nivel de grado y 389 de posgrado, en una promoción con una destacada participación femenina que alcanzó el 78 %.

La ceremonia, encabezada por el arzobispo coadjutor de Santo Domingo, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, y el rector padre José Luis de la Cruz, transcurrió entre solemnidad, orgullo académico y la alegría de cientos de familias que celebraron historias de esfuerzo y esperanza.

Monseñor Morel Diplán agradeció “la energía y la voluntad depositada en cada graduando”, al tiempo que resaltó la entrega del cuerpo docente, “cuyo compromiso ha sido esencial en la formación de nuevos profesionales”.

El rector José Luis de la Cruz reafirmó la misión institucional de la UCSD de “formar profesionales capaces de aportar al país desde el conocimiento, la responsabilidad social y el servicio”, enfatizando la apuesta por la excelencia y los valores cristianos que caracterizan a la universidad.

Uno de los momentos más emotivos llegó con el discurso del periodista José Monegro, invitado de honor y egresado de la UCSD, quien confesó que regresar a su alma mater “lo estremeció de felicidad”. Sus palabras, cargadas de ética, vocación de servicio y espiritualidad, resonaron en el auditorio.

“República Dominicana necesita profesionales íntegros.
Que no mientan.
Que no negocien la verdad.
Que no traicionen su conciencia.
La ética no es un accesorio. Es un escudo. Es un faro. Es una identidad.”

Monegro llamó a los graduandos a que la fe sea siempre una guía moral: “La fe no es una teoría. La fe es una brújula… pregúntense qué decisión honra la dignidad humana y cuál sirve al bien común. Allí encontrarán la dirección correcta”.

Con voz firme, dejó una de las reflexiones más celebradas:

“El éxito sin ética es fracaso vivencial.
La profesión sin servicio es vacío existencial.
El talento sin compasión es peligro.
Y la vida sin Dios es desorientación.”

Sus palabras finales, acompañadas de una ovación de pie, sellaron la jornada:
“Que esta promoción sea recordada como una generación que cambió al país, no solo por lo que logró, sino por lo que dio. ¡Felicidades, graduandos! ¡Lo lograron!”

El discurso de posgrado, pronunciado por Nixon Díaz Arias, destacó la importancia del esfuerzo colectivo y la responsabilidad de poner el conocimiento al servicio del desarrollo social, recordando que la identidad profesional se construye en comunidad.

Con esta investidura, la UCSD reafirma su compromiso con la formación de profesionales íntegros, con fe, ética y sentido humano, llamados a transformar su entorno desde el servicio, la solidaridad y los valores cristianos.

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Periodista dominicana con maestría en Comunicación Corporativa y Gerencia Hospitalaria y Seguridad Social. Apasionada de la investigación y de contar historias con propósito.

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