Ucrania y la economía dominicana

Ucrania y la economía dominicana

Ucrania y la economía dominicana

Frederich E. Bergés

Las páginas internacionales de todos los medios de comunicación resuenan sin cesar con las posibilidades de un conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Esta última es una república independiente de la Europa Oriental que en 1922 fue uno de los países fundadores de lo que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que llevó a cabo una limpieza étnica que arrasó con la vida de millones de ucranianos.

Ucrania, que constituyó un estado amortiguador entre la Europa Oriental y Rusia, obtuvo su independencia de nuevo en el 1991 con la disolución de la Unión Soviética.

Desde la recomposición de la Federación Rusa, las relaciones entre estos dos países han sido tensas, ya que estratégicamente Moscú aspira a reincorporar Ucrania a su esfera de control político. Busca con ello restablecer la zona de amortiguación, y evitar que dicho país ingrese al acuerdo denominado Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), acuerdo bélico de defensa mutua entre estados europeos y EE. UU.

Muchos preguntan: ¿qué relación o consecuencias habría para nuestra pequeña nación caribeña, tan alejada de dicho conflicto potencial? Pues resulta que Ucrania, además de ser uno de los mayores exportadores de cereales del mundo, posee importantes oleoductos que suministran volúmenes significativos de gas soviético a muchas naciones europeas como Austria, Hungría, Italia y Polonia. Cualquier disputa militar en la región traería consigo un desabastecimiento de dicho carburante y, en consecuencia, nuevas alzas en los precios.

Tal situación sería un nuevo atentado en contra del crecimiento económico de nuestro país y un ingrediente adicional a nuestra tasa de inflación que últimamente sufre los embates de la volatilidad en los precios internacionales. En consecuencia, los precios de los combustibles, que tanto inciden en nuestra economía, podrían verse con mayores alteraciones que en la actualidad, elevando consigo la inflación.

Por esta razón, debemos de tomar las previsiones necesarias para contrarrestar cualquier posible movimiento de precios al alza. Así mismo, apoyar sin restricción la mediación necesaria para que la amenaza de una nueva guerra fría, desencadenada por un posible conflicto bélico, sea evitada a toda costa.