Ucrania prohibió el uso de Telegram en dispositivos gubernamentales y del Ejército por temor al espionaje de Rusia.
Ucrania prohibió este viernes el uso de la aplicación de mensajería instantánea Telegram en los dispositivos gubernamentales y del Ejército por temor a acciones de espionaje por parte de Rusia. El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa anunció en las últimas horas las nuevas restricciones a teléfonos de funcionarios del Estado, personal militar y trabajadores críticos, en los que “a menudo” se intercambia información confidencial, relativa al trabajo.
“El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa decidió prohibir la instalación de Telegram en aparatos de cargos del Gobierno, personal militar, funcionarios del ámbito de la seguridad y la defensa, y en empresas que manejan infraestructura crítica” dado que la plataforma “es una gran fuente de filtraciones de información”, dijeron funcionarios del organismo.
“Telegram es muy fácil de piratear y es utilizado activamente por el enemigo para ciberataques, para la distribución de phishing y software maligno, y para establecer la geolocalización de usuarios, dirigir ataques con misiles”, sumó el Consejo en un comunicado difundido en Facebook.
La medida le siguió a la presentación por parte del jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budanov, durante una reunión sobre amenazas a la seguridad nacional, de “información fundamentada” que expuso que, efectivamente, los servicios rusos “tienen acceso a los intercambios personales de los usuarios de Telegram, incluso a los mensajes borrados y a sus datos personales”.
“Siempre estoy a favor de la libertad de expresión pero con Telegram no se trata de un tema de libertad de expresión sino de seguridad nacional”, alertó Budanov.
A pesar de estos riesgos, el servicio de mensajería seguirá gozando de su uso sin restricciones en los teléfonos de los ciudadanos, así como en los de funcionarios públicos, militares e integrantes de estructuras de seguridad que tengan como tarea informar y comunicarse con la población sobre acontecimientos importantes en el país.
Telegram, creada por el ruso Pavel Durov en agosto de 2013 es uno de los medios más elegidos por los ucranianos para difundir y recibir información relativa a emergencias, bombardeos y demás sucesos en el marco de la guerra iniciada por Rusia en 2022. Sin embargo, los funcionarios de seguridad mantuvieron desde un primer momento la guardia alta por temor a la posible filtración de datos.
En marzo de este año, la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Kiev ya había señalado que la aplicación representaba “un problema” para la seguridad nacional y hasta se había impulsado un proyecto de ley en el Parlamento que buscaba regular estas plataformas de mensajería, con el objetivo de medir sus contenidos y evitar la “asociación con un Estado agresor”. “En nuestro país, cualquier persona puede crear un canal, empezar a escribir en él todo lo que quiera y, cuando empieza a hacerse algo, se cubren con que es libertad de medios”, explicó entonces el Jefe de la división.
Activistas espiados por el Kremlin
Pocos meses después de iniciada la invasión a gran escala que Rusia lanzó sobre Ucrania, activistas y expertos advirtieron que el Kremlin había comenzado a aprovechar Telegram y sus debilidades para intensificar la persecución y represión contra opositores. Por ejemplo, varios disidentes notaron que sus cuentas estaban siendo vigiladas o que, incluso, estaban comprometidas, mientras que otro tanto vieron cómo su actividad en la red era utilizada en su contra en causas penales.
“Algunos activistas han descubierto que sus ‘chats secretos’ -la supuestamente férrea función de cifrado de extremo a extremo de Telegram- se comportan de forma extraña, de manera que sugieren que un tercero no deseado podría estar espiando”, advirtió el periodista Darren Loucaides en un artículo publicado en WIRED.
Inclusive, la nota cita el caso de Marina Matsapulina, una opositora de Putin que fue detenida luego de que las autoridades leyeran sus chats privados en la plataforma, según los propios agentes le confesaron. “No quiero sembrar el pánico, no quiero fingir que soy una especie de experta en este tema, pero quiero instar a todo el mundo a que tenga cuidado con lo que dice en Telegram. Es posible que ya no sea el espacio seguro que todos creían que era”, escribió la Vicepresidente del Partido Libertario de Rusia.