Rafael Molina Morillo, director de El Día
De cierto tiempo a esta parte he escuchado una que otra vez la extraña palabra “uber”. Cuando finalmente me decidí a buscar su significado en el diccionario del internet me di cuenta de cuán atrasado e ignorante estaba yo, pues ya antes ciento treinta millones de personas se me habían adelantado con la misma consulta.
La definición obtenida fue la siguiente: “Uber Technologies Inc. es una empresa internacional que proporciona a sus clientes una red de transporte, a través de su software de aplicación móvil, que conecta los pasajeros con los conductores”.
A partir de ahí he aprendido más sobre Uber y su presencia en la República Dominicana. Como la tecnología de Uber ofrece algunas ventajas de seguridad, comodidad y prontitud, los choferes tradicionales de taxis han producido protestas violentas en varias partes del mundo, y en la República Dominicana ya se han oído comentarios de que “los dueños del país” están preparando desórdenes callejeros, tapones deliberados, quemas de gomas y demás lindezas.
La Amet queda avisada. Que no vuelvan a salirse con las suyas los reyes del volante. Si Uber es progreso, bienvenido sea Uber.
