Cuando la campaña electoral de los Estados Unidos estaba en su apogeo, famosos, deportistas, se alinearon con Hillary Clinton o con Donald Trump.

Llamaba la atención que entre los que apoyaron públicamente a Trump, hoy presidente electo, se encontraban Mike Tyson y Dennis Rodman, dos atletas que han tenido innumerables confrontaciones y escándalos famosos dentro y fuera de las canchas.

Tyson, aunque usted no lo crea, es “pana full” de Trump, al extremo de que tenían negocios en una empresa en Atlantic City, donde el magnate tiene instalaciones hoteleras. Aunque en un momento las relaciones se deterioraron porque se rumoreaba que Trump se “entendía” íntimamente con la entonces esposa de Tyson, la modelo Robin Givens.

Trumpo le juró “por su madre” que eso era mentira, porque lo consideraba su amigo, y lo último que le haría al campeón sería enamorar a su compañera sentimental.

Cuando Tyson se divorció, escogió a República Dominicana, oportunidad en que aprovechó para decir que le “gusta mucho”.

¿Y que les parece, si le pide a su amigo Trump, ahora que está en “mala”, que lo designe embajador en el país?