Tutti Frutti, el escándalo que sacude a los grandes partidos en Portugal

Tutti Frutti, el escándalo que sacude a los grandes partidos en Portugal

Tutti Frutti, el escándalo que sacude a los grandes partidos en Portugal

El origen de Tutti Frutti se remonta a 2017, cuando la Fiscalía recibió denuncias anónimas sobre prácticas corruptas en Lisboa y el procedimiento suma miles de documentos, escuchas telefónicas, registros y correos electrónicos.

Lisboa.- Aún no ha concluido el proceso sobre la aerolínea Tap que ha puesto contra las cuerdas al Gobierno y una nueva polémica embarra la política lusa. Socialistas y conservadores están en apuros por la operación Tutti Frutti, que investiga delitos de corrupción y prevaricación en varios municipios del país.

El caso, destapado esta semana por la cadena Tvi, alcanza, presuntamente, a cargos socialistas y del conservador Partido Social Demócrata (PSD), líder de la oposición. El origen de Tutti Frutti se remonta a 2017, cuando la Fiscalía recibió denuncias anónimas sobre prácticas corruptas en Lisboa y el procedimiento suma miles de documentos, escuchas telefónicas, registros y correos electrónicos.

No obstante, la Fiscalía no ha presentado cargos ni se ha pronunciado públicamente sobre el caso. La investigación revela, según Tvi, supuestos favores políticos entre los socialistas y el PSD durante la gestión del exalcalde de Lisboa y hoy ministro de Finanzas, Fernando Medina.

Medina y su entonces vicealcalde y hoy titular de Medio Ambiente, Duarte Cordeiro, niegan su implicación e insisten en que no hay acusaciones en su contra. En la mira también están varios miembros del PSD que, presuntamente, se habrían beneficiado de contratos públicos a través de sus empresas en distintos municipios del país e incurrido en delitos de financiación ilegal del partido, con alteración de listas de militantes y falsificación documental. Luís Montenegro, líder del PSD, ha pedido que la justicia aclare el caso con “rapidez».

Montenegro atrajo la atención de la prensa lusa recientemente, cuando se destapó que no declaró al Tribunal Constitucional la propiedad de una residencia en Espinho (Oporto) de más de 800 metros cuadrados.

TAP Y EL ELEFANTE EN LA SALA

Tutti Frutti explota mientras avanza la investigación parlamentaria sobre TAP, que desató una crisis sin precedentes entre Costa y el presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa.

La abultada indemnización a una administradora de TAP derivó en la salida de la cúpula de la aerolínea, la caída del entonces ministro de Infraestructuras y un escándalo que tiene a su sucesor, Joago Galamba, en jaque. Galamba está en el centro de una rocambolesca trama que involucra a un ex-asesor y a los servicios de inteligencia.

Aumentan las voces que piden su dimisión, pero Costa se resiste a soltar de la mano al ministro y sale también ahora en defensa de Medina y Cordeiro. Eduardo Ferro, un histórico dirigente socialista, le aconsejaba hoy desde una tribuna en el diario Público- “No dude en sustituir a quien sea necesario en el Gobierno para que el país siga avanzando».

Tutti Frutti se suma a los sucesivos escándalos que desgastan a la instituciones lusas y que, en poco más de un año, han precipitado una docena de bajas en el Ejecutivo socialista, el primero de Costa con mayoría absoluta. “Hablamos de corrupción política” y de partidos que “han tenido una mala respuesta”, apunta a Efe el analista Luis Sosa, del Instituto de Ciencias Sociales de Lisboa.

Los partidos portugueses tienden a “esconder los escándalos bajo la alfombra”, lamenta- “No quieren ver al elefante en medio de la sala y no se dan cuenta de que todo el mundo lo ha visto».