Tus palabras tienen poder

Tus palabras tienen poder

Tus palabras tienen poder

Dilenia Cruz

¿Recuerdas a alguien que al saludarle responde: “Mal, pero tú no tienes la culpa?” Muchas de esas personas no dejan de quejarse o criticar y juzgar a otros. Es difícil estar cerca de los llamados “aguafiestas”, pero, y ellos, ¿cómo se sienten consigo mismos?

Si bien la forma en la que hablamos afecta la percepción que los demás tienen sobre nosotros, no es menos cierto que lo que decimos y pensamos incide en todo el nuestro accionar y bienestar.

Científicos de países como Estados Unidos, Reino Unido, España, entre otros, han comprobado lo que miles de años atrás Hipócrates ya sabía. Las palabras tienen poder, contrario al adagio que dice: “Las palabras se las lleva el viento”.

La calidad de vida e incluso la esperanza de vida de una persona varía de acuerdo al positivismo con que dicha persona observe y se plantea la vida según el libro “La ciencia del Lenguage Positivo”, de Luis Castellanos, Diana Yoldi y José Luis Hidalgo.

Como coach de estilo de vida, procuro que mis pacientes-clientes observen e identifiquen su lenguaje, y cómo esas palabras repercuten en sus cuerpos y mente.

Un ejercicio sencillo es: identifica cómo te sientes cuando te dices algo negativo. La sensación puede ser: calor, ardor en alguna parte de tu cuerpo: pecho, estómago, garganta u otra área (cada persona es diferente).

Continuamente las personas se hablan a sí mismas con expresiones que maltratan su ser interno y, sin pretenderlo, se lastiman.

Frecuentemente son prácticas que vienen desde la infancia, e incluso son expresiones cotidianas en sus ambientes familiares, donde brotan inconscientemente.
Ahora tienes el poder de hacerlo diferente para cambiar tu realidad y garantizar una mejor calidad de vida.



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