La modificación de los paisajes naturales y vírgenes para la creacion de estructuras afectan los hábitats de las especies.
Santo Domingo.-La llegada masiva de turistas a cabo Rojo, Pedernales, los parques nacionales Jaragua y Sierra de Bahoruco y otros entornos similares de ese circuito de áreas protegidas, al margen de los beneficios económicos podría impactar su biodiversidad.
Pedernales cuenta con playas de arenas blancas como bahía de Las Águilas, paisajes de bosques áridos y un sol radiante en una área protegida, el hoyo de Pelempito, un paisaje minero de la antigua Alcoa, además de la cercanía con la zona fronteriza que permite una interacción con Haití, atractivos para extranjeros y criollos.
Igual se conecta con la laguna de Oviedo, zona de dunas y manglares. Sin embargo, dada la cantidad de visitas que se proyectan allí, generará una mayor demanda y consumo de especies pesqueras, artículos locales elaborados con plantas endémicas y nativas como la canelilla (Pimenta Haitiense), el guayacán (Guaiacum officinale), la caoba y otras de uso medicinales entre las que figuran el melocactus (melon espinoso) y el palo de Brasil.
La posible alteración de los ecosistemas con la presión ilegal que se ejerza con esas especies, el vertido de desechos sólidos (plásticos y vidrios), y la modificación del paisaje para dar pasos a nuevas estructuras, reduciría las reservas de agua del lugar y hábitats de otras especies.
“Debido a que hay debilidades en la aplicación de las regulaciones y no hay plantaciones que sostengan la explotación de canelillas, un elemento fundamental en la preparación de mamajuana, de gran demanda entre los turistas, es esa especie endémica y exclusiva del Parque Nacional Jaragua que con la presión de cortarla con fines comerciales la han colocado en peligro de extinción”, alertó Ricardo García, exdirector del Jardín Botánico Nacional y catedrático de la UASD.
El biólogo-botánico, miembro de Número de la Academia de Ciencias de República Dominicana, adelanta además, que podrían experimentar una merma del guayacán, especie nativa de bosques secos del país, protegida a través de la Convención de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) usada en la elaboración de pilones y otras artesanías, y la caoba (Swietenia mahagoni).
“Habrá que proteger esas plantas, como debe establecerse control con la pesca de cangrejos y peces porque en la medida que aumenten las visitaciones, aunque los grandes negocios tengan controles, los pequeños negocios incrementarán la oferta y también la captura”, adelantó el ambientalista.
Para García, es un desafío para Medio Ambiente y Recursos Naturales prestar atención al manejo y cuidado de la biodiversidad para que no se reduzcan poblaciones de especies.
Manejo desechos
— Llamado
García pide establecer una política y estrategia para manejo de desechos por parte de las alcaldías y Medio Ambiente para no repetir experiencias de Puerto Plata, Samaná y más zonas turísticas, de lo contrario los plásticos van al mar afectando fauna y flora, y aguas.