Washington.- El presidente Donald Trump le revocó abruptamente el miércoles la acreditación de seguridad a John Brennan, un acto de represalia sin precedentes contra un ex alto funcionario federal abiertamente crítico del gobierno.
Trump también amenazó con retirarles las acreditaciones a otros ocho exfuncionarios y uno en funciones, la mayoría de ellos altas autoridades policiales y de inteligencia de gobiernos previos.
El mandatario denunció las críticas de Brennan y habló de «los riesgos que representan su comportamiento y conducta errática».
Trump describió su acción como una «responsabilidad constitucional para proteger la información secreta de la nación».
Sin embargo, los congresistas demócratas dijeron que la medida evoca la existencia de una «lista de enemigos» entre compatriotas estadounidenses y el comportamiento de líderes de «dictaduras, no democracias».
Brennan tuiteó: «Mis principios valen mucho más que las acreditaciones. No cederé». La acción de Trump, según críticos y expertos apartidistas, marca una politización sin precedentes del proceso de concesión de acreditaciones de seguridad del gobierno federal.
También es un claro recrudecimiento de la batalla de Trump contra miembros de la comunidad de inteligencia federal que heredó y ha intentado reorientar desde que ocupó el puesto.
Trump, en un comunicado leído por su secretaria de prensa y distribuido por la Casa Blanca, acusó a Brennan de haber «abusado de su estatus como ex alto funcionario con acceso a información muy delicada para hacer una serie de acusaciones infundadas e indignantes».
En efecto, Brennan ha sido muy crítico de la conducta de Trump. Tras la conferencia de prensa conjunta del mandatario estadounidense con el presidente ruso Vladimir Putin que se llevó a cabo en Finlandia, el exdirector de la CIA describió el desempeño de Trump como «nada menos que traicionero».
Con relación a la orden del mandatario el miércoles, Brennan afirmó: «Esta acción forma parte de un esfuerzo más amplio del señor Trump de suprimir la libertad de expresión y sancionar a sus críticos. Debería preocupar profundamente a todos los estadounidenses, incluidos los profesionales de inteligencia, con respecto a los costos que enfrentan los que denuncian», dijo en relación a la orden de Trump.
En su comunicado, el mandatario afirma que el asunto de Brennan genera mayores interrogantes en torno a la práctica de permitir que exfuncionarios se queden con sus acreditaciones de seguridad, y dijo que las de otros funcionarios están bajo revisión.
Entre ellos están el exdirector del FBI James Comey; James Clapper, exdirector de inteligencia nacional; el exdirector de la CIA Michael Hayden; los exconsejeros de seguridad nacional Susan Rice y Andrew McCabe, quien se desempeñó como subdirector del FBI hasta que fue despedido en marzo.