La orden de arresto se ha emitido después de que Washington viviera el miércoles una jornada de caos inédita, que se saldó con cuatro muertos, debido al asalto por seguidores de Trump a la sede del Congreso cuando los legisladores certificaban la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
Por AAMER MADHANI
Associated Press
WASHINGTON.-Con un solo ataque de un dron, el presidente Donald Trump hizo más que abatir a un enemigo jurado de Estados Unidos.
También es posible que haya trastocado un elemento central de su política exterior y que haya acercado al país a una guerra.
El ataque del viernes en el que murió el general de mayor rango de Irán pudo haber puesto fin a cualquier posibilidad que Trump tenía de sacar a Estados Unidos de las “interminables guerras” en Medio Oriente, contra las que se ha expresado desde que asumió la presidencia.
La muerte del general Qassem Soleimani en Bagdad tiene al mundo preparándose para una posible represalia, y muchos temen que se convierta en un conflicto a gran escala. “Probablemente sea la escalada más profunda que pudo haber tomado Estados Unidos”, dijo Ned Price, quien se desempeñó en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno del presidente Barack Obama.
Trump ha estado en conflicto con Irán incluso desde antes de asumir la presidencia, cuando prometió cancelar el acuerdo nuclear con Teherán que firmó Obama.
Insistió en que no quiere una guerra y que la muerte de Soleimani no fue con la intención de provocar a la República Islámica.
“Anoche tomamos medidas para detener una guerra”, dijo Trump el viernes. “No tomamos medidas para iniciar una guerra”.
Sin embargo, el ataque contra Soleimani, jefe de la Fuerza Quds, un grupo elite iraní, es probablemente la acción militar más provocadora en Medio Oriente desde que el presidente George W. Bush inició la guerra contra Irak en 2003 para derrocar a Saddam Hussein.
La muerte de Soleimani, considerado el segundo oficial de mayor rango en Irán, ocurrió en momentos en los que Trump intentaba incrementar la presión sobre Irán por medio de sanciones económicas a fin de orillarlo a abandonar su programa de armas nucleares, mientras que Irán ha respondido con ataques contra el ejército estadounidense e instalaciones petroleras en la región.
Al abatir a Soleimani, Trump le indicó a Irán que su paciencia se agota en este prolongado y latente conflicto.
El enigmático general que estaba al frente de las fuerzas paramilitares de Irán fue responsable, según el Pentágono, de la muerte de cientos de tropas estadounidenses en Irak durante el punto más álgido del conflicto en ese país.
Funcionarios de la Casa Blanca señalaron que Trump optó por tomar medidas debido a que Soleimani planeaba futuros ataques en contra de estadounidenses mientras las tensiones entre Teherán y Washington alcanzan su punto de ebullición.
Trump declaró el viernes que no estaba interesado en una nueva escalada del conflicto, pero advirtió al régimen que sus asesores militares ya tienen planes para tomar represalias en caso de un ataque iraní.
“En caso de que estadounidenses en cualquier parte del mundo sean amenazados, ya hemos identificado plenamente todos esos objetivos y estoy dispuesto y preparado para tomar las medidas que sean necesarias, y me refiero en particular a Irán”, dijo Trump.
La agresiva postura de Trump con Irán es notable al considerar su reiterado deseo de evadir los costosos enfrentamientos militares.
Su aversión a la presencia militar a largo plazo ha desencadenado diferencias con algunos de sus principales asesores mientras intentaba poner fin a la presencia del ejército estadounidense en Afganistán y Siria.
Trump llegó a la Casa Blanca después de prometer durante su campaña que cancelaría el acuerdo que negoció el gobierno de Obama con Irán para limitar su programa de enriquecimiento de uranio a cambio de un alivio de sanciones.
Él y otros detractores sentían que el pacto otorgaba demasiados beneficios económicos sin hacer lo suficiente para evitar que Teherán desarrollara eventualmente un arma nuclear.
Trump cumplió su promesa de campaña en mayo de 2018 al retirarse oficialmente del tratado y reimponer estrictas sanciones a Teherán.
“Se salió del acuerdo porque era un acuerdo de Obama, y él creía en lo más profundo de su corazón que él hubiera logrado un mejor acuerdo”, dijo Abbas Kadhim, analista de Medio Oriente para el Atlantic Council en Washington.
“Pensó que Irán se enfrentaría al más grande negociador. Pero creo que no tomó en cuenta la terquedad de los iraníes.