Trump 2.0

Arrancó el año y con ello la noticia más sobresaliente ha sido la toma de posesión del 47° presidente de los EE. UU., Donald Trump.

Es la noticia más importante, ya que las decisiones iniciales de su administración tendrán repercusiones a lo largo de todo el mundo, incluyendo República Dominicana.

Las acciones iniciales emprendidas mediante una serie interminable de decretos (llamados órdenes ejecutivas) no han tenido hasta ahora variación alguna respecto a sus promesas de campaña.

Todo aquel que observó y tomó nota de la feroz campaña nacionalista del actual presidente de Estados Unidos no puede alegar sorpresa alguna, salvo contadas excepciones, como la confusión de la ‘S’ de España (en inglés, Spain) como parte del bloque de los países llamados BRICS.

El marco inicial de sus acciones se centra en eliminar la mayor parte de las iniciativas ejecutivas del anterior presidente, Joe Biden. Algo similar ocurrió cuando ocupó anteriormente la oficina oval presidencial de la Casa Blanca con respecto al que entonces fue su antecesor, Barack Obama. Es como si en Trump existiera un convencimiento de que al borrar lo anterior, “lo que yo hago brillará más”.

La segunda gran línea gira en torno al comercio internacional, lo que a su vez tendrá las mayores repercusiones globales.

El uso del mecanismo de las tarifas comerciales lucen como las nuevas armas de la ofensiva Trump. También en su pasada administración había utilizado esta herramienta con claros fines políticos.

Entre favorecer a los de su claque y amenazar países como a China o México, podemos esperar serias perturbaciones en los mercados, tanto de materias primas como en bienes finales.

Si nos llevamos de las declaraciones iniciales y la próxima visita anunciada del nuevo canciller de los EE. UU., Marco Rubio, exsenador del estado de la Florida, por el momento República Dominicana luce estar en la gracia de la administración Trump.

Pero ojo, estaremos lidiando con una fiera que con gran facilidad si se molesta, se vira y grita “Your fired”.