Triste 2024 y feliz 2025, ¿usted cree?

Triste 2024 y feliz 2025, ¿usted cree?

Triste 2024 y feliz 2025, ¿usted cree?

Alexis Peña Céspedes.

Han ido pasando los meses en donde la ciudadanía desde que ve el amanecer se levanta con esperanza de un mejor día, una mejor noche, una mejor semana, un mejor mes y aun así no podrá pasar un feliz año.

Parece un poema de Mateo Morrison a propósito de la feria internacional del libro. En donde el juego de palabras entre la naturaleza, la belleza, la oración y la salvación finalmente llega, pero muy triste.

Cuando el ciudadano observa para atrás en sus mañanas, tardes noches, días, semanas, meses, trimestre, cuatrimestre, semestre y finalmente el año, se pregunta “aun soy pobre”, “vivo inseguro”, “no tengo seguridad social y mucho menos una pensión digna para la vejez”, Dios santo. En donde me encuentro. Pero hacia dónde voy.

Estoy restringiendo parte de las tres “comidas”, por un lado, la canasta básica familiar está por las nubes con RD$54 mil pesos para 5 miembros de una familia. El salario descendió entre un 30 a 40% por el alto costo de la vida de una persona.

Entonces realmente estamos avanzando como leo, veo, escucho (oigo) y comentan las personas: periodistas, opinistas, comunicadores, influencers, políticos, funcionarios elegidos y seleccionados otros por la presidencia de la República, Congreso Nacional, Municipios y órganos centralizados y descentralizados, en los medios de comunicación. ¡Ay mis cuartos!

Luego,  en las elecciones febrero y mayo 2024, empezó a cocerse (en el caldero), la denominada “Ley de Modernización Fiscal”, en donde el ministro de Economía y Desarrollo olvidando que era hijo del legendario líder político y luchador social, Narciso Isa Conde, si aquel que no se doblega ante intereses económicos y menos políticos; Dios que ocurrió con ese muchacho brillante y pensador, aun bajo ese flagelo, el pueblo despertó.

Ojalá ese despertar sea una señal permanente en el 2025. En donde, no solo acudan al Congreso o a las plazas, los hijos de clase media y un poco alta.

Creo que faltó para darle sazón de pueblo, los munícipes de los barrios escaseados: Guchupita, Gualey, Capotillo, Villas Agrícolas, Herrera, Las Caobas, Cienfuegos, Los Almácigos, Sabana Perdida, 27 de Febrero, Simón Bolívar, 24 de Abril, Las Cañitas, Mejoramiento Social, Villa María y Navarrete; ellos y ellas, sí saben protestar con su sudor y slogan que imprime a las luchas sentido de clase.

Estudios indican que la pobreza ha descendido varios puntos, pero mucho más son los que a diario intentan llevar a sus hijos y pareja los denominados tres golpes diarios. Ahora apenas llega a uno y no está completo.

Es como dice la canción, si cenamos no desayunamos y menos, comemos. Pero si desayunamos no almorzamos ni cenamos.

Paradoja de la vida del dominicano. El profesor Juan Bosch y Gabiño, ante las calamidades del pueblo dominicano de pobreza, miseria y desconsolado, decía que el pueblo dominicano amerita despertar y despertar para organizarse en organizaciones civiles o políticas, desde la cual podrían tener una esperanza de vida.

Expresó en el relato “Dos pesos de agua “- Ahora- se decía-, en cuanto la tierra se ablande siembro batata, arroz tresmesino, frijoles y maíz.  Todavía me quedan unos cuartitos con qué comprar semillas.  El muchacho se va a sanar.  ¡Lástima que la gente se haya ido!  Quisiera verle la cara a Toribio, a ver qué pensaría de este aguacero.  Tantas rogaciones, y sólo me van a aprovechar a mí.  Quizá  vengan agora, cuando sepan que ya pasó el mal de ojo”.

Aun la pobreza sigue siendo una grave enfermedad, que el 2025 nos agarre confesados por los evangélicos pro-reformas y los católicos en silencio. Estos últimos esperaron un poco antes de que el presidente de la República reculara su tablazo fiscal Abinader Corona.



Alexis Rafael Peña Céspedes

Periodista, abogado y mediador certificado.