Si la idea de los seguros médicos fuera mágicamente garantizar excelente salud a sus clientes, las aseguradoras de riesgos de salud ganarían más que actualmente y sus asegurados viviríamos felices y sanitos sin enfermedades ni condiciones médicas ni eventos especiales.
Desafortunadamente no es así. Debe reconocerse que muchas ARS ofrecen excelente servicio, que la parte de salud de la seguridad social es infinitamente mejor a como era antes y que para operar tan eficientemente es conveniente el incentivo empresarial de buenos retornos sobre la inversión.
Sin embargo, debe haber alguna manera eficaz, inteligente y compasiva para corregir la cruel burla que significa que a mitad de año o antes al asegurado le digan que “agotó” cuánto disponía para medicamentos.
Hay medicinas para víctimas del cáncer, diabéticos, hipertensos y demás enfermos cardíacos, pacientes psiquiátricos y otras dolencias, tan caras que una dosis o las de un mes cuestan más que el salario mínimo. Así es muy difícil seguir sano la segunda mitad del año. Ojalá con buena voluntad sea resuelta esta iniquidad.
