KIEV (AP) — Kiev vive el viernes una tensa calma, rota por sirenas antiaéreas que también resuenan en el resto de Ucrania a pesar de la declaración de alto el fuego de Rusia para la Navidad ortodoxa. Las autoridades ucranianas insisten en que la tregua es sólo una estratagema.
Sin embargo, no se escucharon explosiones en la capital. Tampoco se confirmaron los informes de combates esporádicos en otras partes de Ucrania.
Los reportes de enfrentamientos en esa zonas pueden tomar horas. Los residentes de Kiev se aventuraron en una ligera capa de nieve para comprar regalos, pasteles y alimentos para las celebraciones familiares de Nochebuena, horas después de que comenzó el alto el fuego.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó el jueves a sus fuerzas en Ucrania cumplir una tregua unilateral de 36 horas. Las autoridades de Kiev rechazaron la medida, pero no aclararon si las tropas ucranianas harán lo mismo.
Moscú tampoco aclaró si sus fuerzas responderán en caso de que Ucrania siga combatiendo, pero el jefe de la región de Donetsk designado por Moscú, Denis Pushilin, dijo que sí la acatarían.
La tregua declarada por Rusia en la guerra de casi 11 meses comenzó a mediodía del viernes y está previsto que dure hasta la medianoche del sábado, hora de Moscú (entre las 0900 GMT del viernes y las 2100 GMT del sábado).
Las sirenas antiaéreas sonaron en Kiev unos 40 minutos después que entró en vigor el alto el fuego ruso. La app para dispositivos móviles “Alertas en Ucrania”, ampliamente utilizada y que incluye información sobre los servicios de emergencia, mostró sirenas a todo volumen en todo el país.
El Ministerio de Defensa ruso alegó que las fuerzas ucranianas continuaron cañoneando sus posiciones y afirmó que sus fuerzas respondieron al fuego para frenar los ataques. Sin embargo, no quedó claro en el comunicado si los ataques y la respuesta al fuego tuvieron lugar antes o después de que entrara en vigor el cese el fuego.
El portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, reportó múltiples ataques ucranianos en las regiones orientales de Donetsk, Luhansk y Zaporiyia. No fue posible verificar tales afirmaciones.
El anuncio realizado por Putin en la víspera de que sus tropas dejarán de combatir a lo largo de los 1.000 kilómetros (680 millas) de la línea del frente y en otras partes fue inesperado.
Se produjo después que el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, propusiera un cese del fuego para este fin de semana con motivo de la Navidad ortodoxa. La Iglesia ortodoxa, que emplea el calendario juliano, celebra la Navidad el 7 de enero.
Pero funcionarios ucranianos y occidentales sospechan que el aparente gesto de buena voluntad del mandatario ruso tendría un motivo oculto.
Catalogaron el anuncio como un intento de Putin de tomar la delantera moral mientras posiblemente buscaban arrebatar la iniciativa del campo de batalla y robarle a los ucranianos el impulso en medio de su contraofensiva de los últimos meses.
Su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, puso en duda la intención del Kremlin y lo acusó de planear la pausa de los combates “para continuar la guerra con un vigor renovado”.