En la curva de respuesta sexual, después del deseo sexual, viene la excitación. Este trastorno se encuentra en mujeres que no consiguen esta fase de la excitación sexual.
Al ser estimulada ya sea por besos, caricias generalizadas, caricias genitales y otros tipos de estimulación sexual, la mujer sin este trastorno, tiene una respuesta emocional (mental) que es subjetiva aumentando el deseo sexual, además de la respuesta física que se traduce en humedecimiento de la vagina (lubricación), cosquilleo en el área pélvica u otras áreas del cuerpo, inflamación del clítoris entre otras.
En este trastorno no existe esa respuesta.
Este trastorno se presenta cuando la persona no responde a los estímulos sexuales. Puede ser subjetiva (no hay excitación por ningún tipo de estimulación genital o no genital), genital (responde solo a la estimulación no genital) o mixta.
Las causas son múltiples. Entre ellas: bajos niveles hormonales (estrógeno y testosterona), resequedad vaginal, infecciones e inflamaciones crónicas de los órganos genitales, trastornos de enfermedades (diabetes, esclerosis múltiple) en los que se afectan los nervios y hacen perder la sensibilidad en el área genital, medicamentos, autoestima disminuida, distrés (estrés intenso no manejable), ansiedad, depresión y problemas en la relación de pareja (inconformidad, malestar en la relación, malos tratos y violencia de cualquier tipo).
Es importante clarificar que este trastorno no tiene relación directa con el amor. Puede amar mucho a la pareja y convivir con este trastorno, pero también un ambiente inadecuado o estimulación inadecuada continuamente y tosquedad en la estimulación, contribuyen en su aparición.