El vínculo entre mafias y transportistas es viejo, no sólo aquí. Los Gambino obtenían grandes ganancias controlando el transporte de carga en Nueva York.
En muchos países organizaciones criminales infiltran o dominan el transporte de pasajeros, carga o basura, creando sus propios pseudo-sindicatos o empresas, reclamando rutas o territorios como exclusivamente suyos, corrompiendo a las autoridades municipales y policiales, o recurriendo a la acción violenta con una impunidad comprada, para aterrorizar a eventuales competidores.
Aquí la contemporización sigue empeorando. Antonio Marte, presidente de CONATRA (42 federaciones, 1,776 sindicatos y 152,000 afiliados), es senador del PRSC por Santiago Rodríguez.
El líder de FENATRADO, Ricardo de los Santos (PRM por Sánchez Ramírez), dizque será el próximo presidente del Senado. En nuestro mayor polo turístico, La Altagracia, taxistas guerrean alegando ser “dueños” de la zona.
La FUPU se enorgullece de reclutar a Hubieres y su FENATRANO. La extrapolación de su poder o infiltración de la política no es sólo de los narcotraficantes. Por las libertades de empresa, de transporte, de libre tránsito y la salud de la democracia, urge controlar con macana legal a los transportistas mafiosos.